La Asamblea en deuda
La Asamblea Nacional, anteriormente denominada Congreso Nacional, tiene como fundamental tarea legislar y fiscalizar.
Está conformada por individuos que auspiciados por movimientos o partidos políticos, supuestamente son beneficiarios de la confianza popular, y por tal, mandatarios de estos, en la obligación de fiscalizar a las autoridades, políticamente hablando, y crear leyes en favor de sus mandantes.
Tales responsabilidades harían suponer que dichos individuos deberían tener los conocimientos necesarios, al igual que una vida intachable, al ser depositarios de tales responsabilidades; mas en las últimas décadas, desde antes de su transformación de Congreso a Asamblea, la representación y el mandato no han caído sobre las personas más adecuadas, sí sobre las más populares, pero no necesariamente sobre las más preparadas para el cargo. Solo así podemos entender que en el Congreso se hayan acuñado calificativos como “La aplanadora” y luego de “la magia de los manteles”, transformado en Asamblea, etapa de la revolución ciudadana, en “La función ejecutora de los caprichos del Ejecutivo”.
En la práctica, la función Legislativa siempre ha estado y sigue estando en favor de los intereses político-partidistas y del clientelismo de ellos. Legislar en función de la conveniencia del partido/movimiento político o de los intereses de sus líderes, echando a la basura su obligación de legislar y fiscalizar en favor de su mandante, el pueblo ecuatoriano. Así lo demuestran los responsables del incremento de la delincuencia, con leyes prodelincuenciales que impiden la autodefensa de la ciudadanía, como el coartar el ejercicio propio de la Policía.
Tenemos años reclamando que se deroguen estas leyes, sin embargo continúan haciendo oídos sordos, resultando en ciudadanos que son presa del temor de ser robados, asesinados, o nuestros hijos violados; con delincuentes impunes y policía maniatada cuando debe enfrentar juicios por cumplir su función de proteger con el uso proporcionado de la fuerza, a la ciudadanía. Todo lo cual revela que la Asamblea sigue en deuda para con la ciudadanía.