El artifice que crea figuras humanas sobre cristal
A los ocho años, Dustin Yellin elaboró una caja de madera y en su interior enterró un billete de un dólar, una pluma, un tenedor. Años más tarde, intentando hacer un obsequio para su madre, hizo algo similar. Construyó un cofre, pero esta vez con las paredes abiertas y cubiertas de resina, y con una abeja disecada en su interior.
Como lo que realizó le gustó, Yellin convirtió su afición en profesión. Desarrolló una técnica que utilizaba capas sucesivas de resina transparente y apilaba las imágenes planas una encima de la otra. La idea era crear objetos multidimensionales que simulen ser hologramas atrapados en ámbar.
Y todo iba genial, excepto por una cosa: dicho material afectaba su salud...
¿Qué hizo entonces? Trabajó con vidrio y así, a nivel global, se dio a conocer. Por elaborar esas pinturas enormes que utilizan múltiples capas de cristal en las que pinta, dibuja o pega los diferentes elementos (recortes de periódicos, hojas, dibujos de revistas) que formarán su obra, de manera que al incorporar los paneles de vidrio formen mutaciones de otro mundo o cuerpos humanos. Como el de aquella bailarina de ballet que al observarse desde ángulos diferentes genera la sensación de movimiento, como una coreografía en tiempo real.
En una entrevista con Flatt magazine, Yellin compara su trabajo con diapositivas microscópicas y detalla sus fuentes: “Libros de historia del arte, enciclopedias, viejos diccionarios, libretas de gente que encuentro en la calle, cosas que he recogido de mis viajes... muchas de las ilustraciones y fotografías que estoy recortando y poniendo en la obra serían los únicos ejemplos de esas imágenes. Son los restos de almas. Están perdidas en el abdomen de la explosión de una supernova y caen hechas pedazos en un mar negro de cuerdas de guitarra”.
Nacido en 1975 este artista contemporáneo, que ha disfrutado de más de una década de exposiciones individuales y ha participado en un gran número de muestras colectivas, es el fundador de la compañía Pioneer Works. Un instituto sin ánimo de lucro creado para el arte y la innovación en Brooklyn. Y en sí un centro que fomenta la creatividad multidisciplinaria en artes y ciencias, e imparte clases educativas en las que el peso, volumen, cuidado e imaginación son los protagonistas...
