El uso de armas como disuasivo frente al hampa

Una de las tantas cosas negativas de la década perdida es la apertura de las fronteras patrias, invitando a los delincuentes de otros países para ejercer su maldito oficio de amedrentar a una población desprotegida, pues habiendo sido desarmada no tiene con qué defenderse. La Policía será insuficiente para proteger al ciudadano.

Esa acción emana de los mandatos del infame foro de Sao Paulo. Se impide la tranquila circulación en cualquier ciudad. El asesinato está sembrando miedo. Permitir que se pueda portar armas a los ciudadanos puede disuadir al delincuente. Temerían por la posibilidad de ser repelidos, de ser disuadidos de su malsano intento.

Dr. Ignacio Granja Rousseau