La vida es un juego, el mejor premio consiste en saberla disfrutar, aprender, acumular experiencias que nos hacen ricos. Las cartas están echadas en la mesa del tiempo; mientras más jugamos más sorpresas tenemos, o perdemos o ganamos.
Esta metáfora de las cartas, por Voltaire, es un manjar para la esencia. Hay que ser atrevido, audaz, perseverante y creativo. Lo importante no son los años vividos, sino los años jugados.
El juego puede culminar en cualquier momento. Puede ser tu última fotografía, sonrisa, y jugada. Juégalo como si fuese la última carta de despedida, no habrá otra ronda, solo el recuerdo de haber sido un buen jugador.
Javier Valarezo Serrano