Apagar la luz

La situación venezolana se resume en una palabra: caótica. La crisis energética llevó al Gobierno a adoptar una nueva medida regulatoria. Con el fin de ahorrar energía, los viernes no se trabaja y los días laborables en el sector público ahora son dos. En esta situación hay algo que no solo molesta, sino que sorprende.

¿Trabajar menos para salir de una crisis? ¿Puede la economía venezolana darse ese lujo? Es ante estas preguntas que empieza a tomar forma la sospecha de dobles intenciones. En toda esta oscuridad los venezolanos opositores al régimen ven un poco de luz: la revocatoria de Nicolás Maduro. La Mesa de la Unidad ha recolectado en dos días más de un millón de firmas pidiendo su destitución. ¿Por qué nos enteramos cuando ya estaban recogidas y no recibimos noticias durante el proceso? Debido a que la oposición consideró prudente hacerlo al margen de los medios de comunicación para evitar un boicot chavista.

El camino por recorrer aún es largo. Primero debe realizarse la verificación de las firmas. Posterior a eso, la Mesa cuenta con 3 días para reunir el 20 % del padrón electoral (4 millones de firmas). Una vez más, el CNE debe realizar el proceso de validación. Después de que esto ocurra se realizaría la consulta, donde el número de votos debe superar los que obtuvo Maduro cuando fue electo (se estima que entre el 60 % y el 70 % votaría por su destitución). Y finalmente, el objetivo se vería cumplido: destitución y elecciones presidenciales.

No tan rápido. Todo este proceso se realizaría con dos días laborables del CNE. Lo que significa que el período se alarga. Validar firmas en 15 días laborables antes equivalía a 3 semanas, ahora a 8. De acuerdo a la ley, si el presidente es revocado cuando le queden menos de dos años de mandato (diciembre), no hay elecciones sino que el período lo finaliza el vicepresidente. A pesar de la revocatoria, el chavismo continuaría gobernando.

El ahorro de energía levanta en el pueblo venezolano la sospecha de dobles intenciones. Con justa razón. También se apaga la luz cuando uno quiere hacer algo sin ser visto.

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