Antonella Valeriano “Estoy feliz de ser actriz”

Antonella Valeriano “Estoy feliz de ser actriz”

EXPRESIONES conversó con la protagonista de Sin muertos no hay carnaval, en la que comentó sus inicios en el mundo de la actuación.

Antonella Valeriano es un nombre hasta ahora poco conocido en el espectáculo ecuatoriano, pero desde el 2 de septiembre cada vez toma mayor relevancia en la palestra pública, al ser parte de los personajes principales de la producción ecuatoriana Sin muertos no hay carnaval, con el papel de Samantha. La actriz de 22 años asegura estar viviendo su sueño, uno que le ha costado conseguir.

A la entrevista con EXPRESIONES llegó vestida de manera casual y con tacones. Pisa fuerte. Su vestimenta, aunque pensada, revela su informalidad. No pretende imponerse, pero sin duda tiene su estilo. Toma asiento sobre sus piernas y muy elocuente nos reveló sus inicios.

Ella está involucrada con el arte por un “sin querer” que se volvió su pasión. Como casi todo lo que cuenta lo introduce con una anécdota, lo que manifiesta su facilidad para contar historias. “Empecé primero aprendiendo canto y piano. A 12 años me gustó la actuación. En ese tiempo llegó un profesor a mi colegio que pasó por las aulas para que nos inscribamos en una obra. Fui al casting y lastimosamente no quedé en nada y me quedé como ¡no me escogieron ni de extra! De seguro era muy mala”, contó.

Pero esto no la desanimó y se autoeducó para conseguir ser parte de la obra. “Yo quería hacer esto, así que entré como ayudante y extra de los extras. Luego hice un casting para otra obra del colegio y unos meses después conseguí el protagónico e hicimos una gira por Manabí. Así gané un premio como mejor actriz y me di cuenta que sí servía para esto”.

Aunque para ella estaba resuelto su futuro, para su familia no era bien visto dedicarse a la actuación. “En casa el mundo del arte no era una opción. A ellos nunca se les pasó por la cabeza que a mí me emocionaba mucho. Quizá por la parte económica, ya que mucha gente piensa que te vas a morir de hambre y te dicen que escojas una carrera en la que seas mucho más solvente, pero nadie te dice que escojas una en la que vas a ser feliz”. Para sus padres ella sería médico.

A los 16 años fue su sensei de karate quien de casualidad la enrumbó. Él la escuchó cantar y la impulsó a dedicarse a la música. “Tú debes dedicarte a eso, no a la medicina”, comentó. “Yo me quedé con eso en la cabeza. A los pocos días, mientras iba viajando en el auto con mi papá y me preguntó por lo que me iba a dedicar y dije: ‘Voy a ser actriz’.” Esta insólita respuesta se presentó de repente y demuestra su pasional forma de actuar. “A esa edad sentía que me iba a comer el mundo y estoy muy feliz de haber decidido así”.

Ese tiempo loco de ser impulsiva se ha detenido un poco y ahora vive de lo que soñó en su pubertad. Estudió en un instituto de actuación de la ciudad y luego de probar suerte como actriz de teatro, asistente y realizadora de audiovisual, es protagonista de su primer largometraje, de la mano del director ecuatoriano Sebastián Cordero.

Ping pong

¿Cine o teatro?

Cine, porque me parece mucho más preciso. Pero es difícil escoger.

¿Comedia o drama?

¡Ah! No puedo elegir un género. Las emociones son cambiantes y con ambas me desahogo.

¿Ratas, ratones y rateros o Pescador?

Pescador. Una parte fue grabada en Manabí.

¿Cantar o actuar?

Dependiendo de para qué lo hago. Para mí actuar es mi trabajo, pero para relajarme necesito cantar. Me encantaría hacer un musical.

¿Familia o amigos?

Familia.

z ¿Sal prieta o encebollado?

Sal prieta, a todo. Al verde, al arroz...

Ahora vive el carnaval

Antes de ingresar a ‘Sin muertos no hay carnaval’ probó varios caminos, todos los que le ofrecían sus estudios en Actuación y Dirección Escénica.

Ha sido parte de varias obras de teatro, incluido un show de stand up que estrenó este año, además de formar parte del equipo de trabajo de otras cintas como Medardo, de la directora Nitsy Grau.

A ella la considera su mentora y amiga. En un momento en el que se quedó sin trabajo se acercó a la realizadora para pedirle que la ayude con algún casting, pero en un giro a su vida como actriz ingresó como script a la mencionada película.

En el 2014 realizó el primer casting para ‘Sin muertos’, del que ella piensa “haber sido la última opción que tuvieron”.

Antonella cree que haber estudiado la cinematografía de Cordero y haber interiorizado su papel como Samantha, una adolescente que habita en las invasiones y que es clave en el desarrollo de la trama, fue lo que la ayudó a obtener el papel. “Yo investigué mucho. El día que me dijeron que tenía el casting viajaba en la metrovía del sur al norte y me bajé enseguida y me puse a llorar en la vereda. Enseguida me fui al colegio 28 de Mayo para ver cómo actuaban las chicas. Así que fui mentalizada, pensando el personaje. Ni siquiera fui arreglada, más bien como una chica de cole, de apariencia pobre”.

“Mi personaje necesitaba aprender a nadar. Yo no sabía. El día que le conté a Sebastián pensé que me botaría, pero él en ese rato le pidió a la producción que me pusieran en clases. Las tomé con niños de 8 años”.

Entre sus planes está realizar un cortometraje y también pensar y aprovechar las propuestas que ha recibido luego de estrenada la película.