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AMLO

“No le van a dejar”. Existe cierto miedo entre los mexicanos. Entre los mexicanos que votarán por Andrés Manuel López Obrador este domingo. Esta inseguridad, este pesimismo de sus votantes tiene una justificación: el robo a la presidencia de López Obrador en 2006. Sin embargo, esta vez las cosas son diferentes. Ente AMLO y Anaya (quien le sigue) hay más de 20 puntos de diferencia. 20 puntos que en una democracia son difíciles de esconder. Ahora lo que tenemos que responder es: ¿cómo el “eterno perdedor” lo logró? No es difícil de entender si consideramos que México está secuestrado por el crimen organizado. Después de Siria e Irak, va México. Siria e Irak. Solo en esos dos países asesinan a más periodistas. La inseguridad. La corrupción. La vergonzosa corrupción, conceptos que tal vez son abstractos para el resto de la región, los mexicanos los palpan. En las desapariciones, en los asesinatos, en el crecimiento de los carteles. Todo eso es herencia del pasado. AMLO encarna el cambio, a tal punto que la coalición que lo llevará a la presidencia incluye al Partido del Trabajo, marxista-revolucionario y al Partido Conservador-Evangélico-de-derecha. Dos cosas: a) la necesidad de un líder que rompa con el “establishment” sobrepasa las ideologías; y b) suerte a Andrés Manuel siendo el líder que tantos quieren que sea. ¿Afectó en algo el factor Trump en estas elecciones? En algo. No fue central. Lo que es innegable es que ante el ataque verbal trumpiano, ante niños en jaulas, los mexicanos buscarían la opción nacional. La soberana. AMLO, el que más preocupa a los gringos, equivale a “AMLO, el que los va a poner en su lugar”. Ha sido tal su ventaja que ni siquiera el “fantasma de Chávez” pudo disminuirlo en las encuestas. Sus contrincantes trataron de venderlo como un político de izquierda que haría de México -la eterna muletilla- la “nueva Venezuela”. Esto demuestra lo polarizado de la mentalidad regional. Tal fue el “shock” de Chávez en América, que no se puede ser de izquierda sin ser de él. El Mundial y las elecciones. Si AMLO cumple con “la tercera es la vencida”, el domingo la mayoría de los mexicanos tendrá más de un motivo para celebrar.

“No le van a dejar”. Existe cierto miedo entre los mexicanos. Entre los mexicanos que votarán por Andrés Manuel López Obrador este domingo. Esta inseguridad, este pesimismo de sus votantes tiene una justificación: el robo a la presidencia de López Obrador en 2006. Sin embargo, esta vez las cosas son diferentes. Ente AMLO y Anaya (quien le sigue) hay más de 20 puntos de diferencia. 20 puntos que en una democracia son difíciles de esconder. Ahora lo que tenemos que responder es: ¿cómo el “eterno perdedor” lo logró? No es difícil de entender si consideramos que México está secuestrado por el crimen organizado. Después de Siria e Irak, va México. Siria e Irak. Solo en esos dos países asesinan a más periodistas. La inseguridad. La corrupción. La vergonzosa corrupción, conceptos que tal vez son abstractos para el resto de la región, los mexicanos los palpan. En las desapariciones, en los asesinatos, en el crecimiento de los carteles. Todo eso es herencia del pasado. AMLO encarna el cambio, a tal punto que la coalición que lo llevará a la presidencia incluye al Partido del Trabajo, marxista-revolucionario y al Partido Conservador-Evangélico-de-derecha. Dos cosas: a) la necesidad de un líder que rompa con el “establishment” sobrepasa las ideologías; y b) suerte a Andrés Manuel siendo el líder que tantos quieren que sea. ¿Afectó en algo el factor Trump en estas elecciones? En algo. No fue central. Lo que es innegable es que ante el ataque verbal trumpiano, ante niños en jaulas, los mexicanos buscarían la opción nacional. La soberana. AMLO, el que más preocupa a los gringos, equivale a “AMLO, el que los va a poner en su lugar”. Ha sido tal su ventaja que ni siquiera el “fantasma de Chávez” pudo disminuirlo en las encuestas. Sus contrincantes trataron de venderlo como un político de izquierda que haría de México -la eterna muletilla- la “nueva Venezuela”. Esto demuestra lo polarizado de la mentalidad regional. Tal fue el “shock” de Chávez en América, que no se puede ser de izquierda sin ser de él. El Mundial y las elecciones. Si AMLO cumple con “la tercera es la vencida”, el domingo la mayoría de los mexicanos tendrá más de un motivo para celebrar.