Alla voy Lenin

Ya me estaba sintiendo como Juan el Profeta cuando dijo: “Soy la voz que clama en el desierto”. Pero gracias a la Fundación Mil Hojas, tenemos claro que “tras Montecristi se cambiaron las reglas para transparentar la deuda”. La Constitución hace una serie de lindas declaraciones, pero nada obliga a contratar la deuda bajo parámetros de estricta responsabilidad fiscal. Todos estamos de acuerdo en que no se puede hipotecar el futuro de la nación porque alguien quiera seguir dándose la gran vida. Y pensamos que la deuda es un atraco debido a sus altísimas tasas de interés. Entonces, estamos de acuerdo en que faltan reglas para que los gobernantes puedan endeudarnos de forma responsable. Pero los candidatos no quieren verlo. Ellos “quieren” una consulta. Como el avestruz, esconden la cabeza en el suelo. No quieren reconocer que tenemos un montón de problemas constitucionales que no se pueden corregir en una consulta, pues son demasiados. Así que como nadie parece tenerla clara, yo “me les lanzo” de candidato. Allá voy Lenín. Si gano, arreglaré las muchísimas trampas y engaños constitucionales, como prohibir las reformas en materia electoral el año anterior a las elecciones, bailándose la prohibición al permitirle al CNE dictar reglamentos la noche antes, tal como hicieron el 2013. O la farsa de democracia que tenemos, si el candidato del Gobierno gana con la mitad menos diez y no con la mitad más uno. O sapadas como prohibir la candidatura de los funcionarios de período fijo (Glas) si no han renunciado antes (art. 113), y luego, dejarlos candidatizarse si lo hacen para el mismo cargo (art. 114). O burradas como invertir la pirámide de Kelsen (¡que será eso!) poniendo las ordenanzas regionales sobre los reglamentos presidenciales a las leyes. Si el Gobierno negocia una concesión minera, un alcalde puede pararla con una simple ordenanza. ¡Así queremos atraer inversión extranjera para generar empleos! Insisto: el país requiere un estadista. Porfa... ¿Alguien me presta un partido que le sobre? ¿Eres bobo? No. Se necesita una Constituyente que nos dé otra Constitución.

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