Alejandro López: “Super Javi lleva una dosis de amor”

Alejandro Lopez: “Super Javi lleva una dosis de amor”

El actor colombiano que radica en México y da vida al galán guerrillero de El señor de los cielos, conversó con EXPRESIONES.

Seguramente su rostro le resulte familiar, principalmente en los últimos tres años, ya que su personaje del guerrillero Super Javi es uno de los más populares en el dramatizado El señor de los cielos, una de las serias más vistas en toda Latinoamérica y que en Ecuador es transmitida por la señal de Ecuavisa.

Alejandro López, de 51 años, es el actor que da vida a este comandante muy allegado a Aurelio Casillas (Rafael Amaya). EXPRESIONES contactó telefónicamente a este actor que reside desde 2015 en México y gustosamente accedió a responder nuestras interrogantes.

Super Javi se aleja del estereotipo del villano que ejecuta a diestra y siniestra, sin motivo, y nos muestra a un hombre con diversos matices, ¿cómo lo construyó?

En un principio estaba destinado a ocupar el espacio que dejó El Cabo (Robinson Díaz), pero yo quise algo totalmente distinto, construir un hueco donde nadie antes se había metido. Super Javi no habla con acento paisa, él es de Boyacá, centro de Colombia, y dista de aquel que solo echa bala y mata gente, lleva también una dosis de amor con él.

¿Para ese trabajo tomó con referente a alguien de la vida real?

Me fijé en Carlos Pizarro, un exguerrillero del M19. Era un hombre culto, estudiado, con ideales y convicciones bien arraigadas, muy lejos de lo vulgar. Dejó las armas, firmó la paz con el Gobierno, se reintegró a la vida civil, pero fue asesinado siendo candidato presidencial de Colombia en 1990.

¿Es cierto que originalmente su personaje estaba solo para una temporada?

Pues sí, solo aparecía en la tercera temporada y entonces me dije “no me voy a dejar matar” (risas), para eso lo saqué de estereotipos, lo volví inteligente y con ‘charm’ para las viejas. Además, el ser muy leal a Aurelio Casillas lo volvió necesario y, mira, ya llevo cuatro temporadas.

Hay veces que observamos personajes que no convencen y toman un papel en el cual no calzan. La idea es que si veo a un guerrillero me lo crea, ¿si o no?

Un actor debe estar preparado para cuando la oportunidad se presente. Yo recibí entrenamiento militar y seguí un curso de preparador de Instructores de la Cenae (Centro Nacional de Entrenamiento), hice además mucha labor de campo y toda esa experiencia me valió. Recuerdo que en Sin senos no hay paraíso interpreté a un personaje de la DEA y estaba listo para eso, soy muy curioso.

¿Se pensaba que las novelas narco tendrían un ciclo de vida, pero vemos que tanto estas como los biopics desplazaron por completo al género rosa?

Esos formatos han pegado porque nacen de nosotros, de la vida real. En el tema narco está la crudeza que vemos a diario, las mafias y sus antivalores. En las biografías, el morbo y ese apetito por saber más de gente que hemos conocido, cantantes, gobernantes, líderes de diversa índole. Es lo que la gente quiere ver ahora y lo consume.

RAPIDITAS

¿La novela que impulsó su carrera dentro y fuera de Colombia?

Todos quieren con Marilyn (2005), recuerdo que precisamente conocí Guayaquil en un viaje de promoción de esta novela.

¿Un libro de cabecera?

El poder del ahora, de Eckart Tolle.

¿Un actor para sacarse el sombrero?

Geoffrey Rush.

¿La adrenalina de su vida?

Los deportes, carrera de autos, motos desde los 8 años, squash y todos los de alto rendimiento.

¿Pasos de conciencia?

Mi nuevo reto, mi nuevo amor, nació como una necesidad de despertar la conciencia en mí y en los demás.

¿Su mayor miedo?

Ser un hombre inseguro.

¿Su frase bandera?

“El ave no pertenece al nido donde nace, sino al cielo en el que vuela”.

¿México lindo y querido?

Me encanta. llevo dos años estudiando a profundidad su historia y cultura.

¿En qué es malo?

Para cantar.

¿Qué prefiere ver de lejos?

A las mujeres conflictivas. Ya tomé un curso intensivo (risas).

¿Lo que más disfruta?

La soledad.

Una vida de novela

Estaba todavía lejos de cumplir los 30 años cuando por su sagacidad para las ventas y la publicidad llegó a gerenciar una empresa de multiniveles, gracias a la cual llevaba una vida a lo Jordan Belfort, con convertible incluido, pero durante la crisis que vivió Colombia tras la salida del expresidente César Gaviria, su compañía cerró.

“De la noche a la mañana me vi sin dinero, con deudas, tuve que vender mi carro y transportarme en bicicleta. Conocía al vicepresidente de Caracol y él me dijo que aprovechara la creación de los canales privados para presentar noticias, pero no era lo mío, me hicieron pruebas de cámara y después de llorar mucha sangre, aparecí en comerciales de televisión.

Me gustó y decidí estudiar actuación y llegar hasta donde se me permitiese. Para enriquecer mi trabajo de campo experimenté lo que era la necesidad de quienes están en las calles del centro de Bogotá cuando el semáforo se pone en rojo, me alimenté de sus emociones y eso me sirvió.

Así aprendí lo que es mendigar trabajos. Gracias a Sandra Gaitán (hermana del escritor Fernando Gaitán), cansada de verme todos los días en el canal buscando una oportunidad, tuve mi primer chance en Padres e hijos, todos los actores comienzan ahí (risas)”.

Conócelo

El publicista y actor nacido hace 51 años en Bogotá, Colombia, empezó a actuar bordeando los 30. Destacó en dramatizados como Todos quieren con Marilyn, Amor a palos, El capo, Pura sangre, Las muñecas de la mafia, Corazón valiente, entre otras.