Un acuerdo transpacífico para enfrentar a China

Un acuerdo transpacifico para enfrentar a China

La liberación de aranceles en Asia-Pacífico afectará a productos como la harina de pescado o frutas procesadas.

El no ratificar el Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica (TPP) entregaría a China “las llaves del castillo” respecto a la globalización y no resolvería los problemas reales que aumentan la inquietud laboral de los estadounidenses, defendió ayer Estados Unidos.

El TPP se ha convertido en un tema candente en el país, lo que amenaza con reducir el apoyo de los legisladores que se necesita para la aprobación del pacto que, según sus críticos, elimina puestos de trabajo.

El acuerdo Transpacífico fue firmado entre 12 países que incluyen a Estados Unidos, Japón, Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Malaysia, Vietnam, Singapur, Brunei y, entre los latinos, México, Chile y Perú. Dejará un panorama de libre comercio entre los socios con extensas liberaciones de aranceles. Eso, generará, según los opositores, condiciones de competencia voraz en los países, en las empresas y afectarán a las condiciones laborales.

No obstante, el representante de Comercio de Estados Unidos, Michael Froman, dijo que aún cree que el Congreso de su país aprobará el TPP, en parte por que China ha estado avanzando con su propio Acuerdo de Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por su sigla en inglés).

El RCEP podría impulsar las exportaciones de Pekín y permitir que fije las normas laborales y medioambientales en la región del Asia Pacífico, de rápido crecimiento.

“Estamos a un voto de distancia de consolidar nuestro liderazgo en esta región y en el sistema de comercio global o de cederlo a China”, dijo Froman a la prensa. “Al final del día, no creo que EE. UU. quiera ser responsable de entregar las llaves del castillo a China”, agregó.

Las críticas más duras se ciernen sobre el excesivo secretismo con el que se han llevado las negociaciones y que han dado a pensar que el pacto podría favorecer la influencia de ciertos conglomerados empresariales en las regulaciones y estrategias políticas de cada país en temas, por ejemplo, como salud o educación.

Los negociadores se defendieron aludiendo que las conversaciones no se hicieron públicas en tanto no había un acuerdo entre los miembros.

El TPP fue aprobado en octubre de 2015 pero aún necesita ser ratificado por los países miembros. De ahí la polémica entre defensores y detractores del plan.

Ecuador, que no se encuentra entre los países firmantes, ha cuestionado las condiciones comerciales que se impondrá en la región Asia Pacífico y, según la web de Proecuador, “productos ecuatorianos como la harina de pescado, purés y pulpas de frutas (mango), vegetales congelados y otros alimentos procesados, podrían perder competitividad en el mediano plazo tras la desgravación arancelaria y posterior eliminación definitiva de aranceles entre los miembros”.