El otro
Al hablar con los niños y jóvenes luego de que han realizado una travesura de mayor o menor importancia, en las instituciones educativas se vuelve difícil establecer estrategias correctivas, no porque no haya la decisión de tomarlas, sino más bien por la actitud generalizada en el estudiante de hoy de no aceptar y de negar a ultranza su responsabilidad en el hecho correspondiente.
Hay una negación que en ocasiones llega hasta el autoconvencimiento personal de que lo ocurrido no debe aceptarse como una responsabilidad propia. El niño y el joven de hoy no tienen la predisposición para decir la verdad y disfrazando las circunstancias siempre llegan a establecer que el responsable es el otro: “Sí, le pegué, pero porque él...”. “Ella comenzó primero”. “Yo no fui, fue él”. “Si todos lo hicieron”. Suelen ser respuestas frecuentes con las que se enmascara una acción, una falta, y cuesta mucho a psicólogos, profesores, directivos, poder llegar a establecer primero, la verdad de los hechos y luego, una vez establecidos estos, que se acepte la responsabilidad de lo realizado.
Pero no son solo los niños o jóvenes los que caen en este juego, en más de una ocasión los padres se refugian en aquello de: “Mi hijo nunca...”. “Mi hijo jamás miente y yo le creo a él”. “Fueron los otros los que empezaron...”, creyendo con estas y otro tipo de respuestas, que inculpando al otro exoneran y salvan a su hijo de una sanción, como si eso fuera lo importante.
El otro es la excusa, es la tabla de salvación y sin querer, por sobreprotección, estamos mandando a la mente de esos niños y jóvenes un mensaje absolutamente negativo: les estamos enseñando a encubrirse en la acción de los demás, les estamos ayudando a evadirse de las responsabilidades de aquello que provocaron.
Es tiempo de que padres y educadores reflexionemos y juntos enseñemos a esos pequeños y a esos adolescentes, que tienen que aprender a asumir las consecuencias de las causas que produjeron y así, en el momento determinado, aceptar las propias responsabilidades, aunque eso signifique un llamado de atención, un castigo, una sanción.
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