2 x 1

Se acabó. Y quiero que mi lector diga lo mismo cuando termine de leer esta columna: se acabó.

Con la regla de 2 x 1 que acaba de volverse ley el martes, debemos todos apuntar a que se acabe la ola tramitológica que hemos vivido en estos años. Y dice así: con el 2 x 1 ninguna autoridad puede crear 1 trámite si no demuestra primero que 2 trámites han sido eliminados.

Pero el 2x1 solo funcionará si los ciudadanos nos ponemos pilas y exigimos su cumplimiento. Si no pues, nos merecemos seguir haciendo cada vez más trámites.

Pero que sirvan estas líneas para insistir. Se debe acabar la sapada burocrática de crear más y más trámites para, bajo la excusa de brindar mejores servicios públicos, hacer miserable la vida cotidiana de los ciudadanos. Que copias, que certificados, que notarizaciones, que la hora del almuerzo o de la salida, que cualquier excusa... Y esto más aún ahora cobrando, porque el Estado cobra por los servicios, para financiar su exiguo presupuesto. Cuando lo que realmente produce para el Estado es una economía dinámica, que crezca, y no más trámites, por muy rentables que le sean a la burocracia.

Dicho esto, también hay que decir que la misma gente que acaba de votar porque esa ley entre en vigencia, con el 2x1, es la gente que sigue creando trámites. La misma gente, por un lado, en la Asamblea, que sigue produciendo leyes que imponen más requisitos a los ciudadanos para realizar sus actividades diarias. La misma gente que, por otro lado, desde el Ejecutivo, no ha logrado aún producir nuevas normas que tiren abajo el andamiaje regulatorio del antiguo régimen.

A ver si apuntamos a la vez a más activismo contra los trámites desde nuestros zapatos ciudadanos, aprovechando este 2x1 que solo funcionará si lo exigimos nosotros.

A ver si también exigimos más sindéresis por parte de los políticos que dicen que aprueban normas antitrámites pero en simultáneo van aprobando otras que imponen más trámites.