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107 dias sin puente

El 8 de agosto un paso peatonal elevado de la avenida del Bombero fue derribado. Una retroexcavadora que era transportada sobre un trailer y que excedió la altura máxima permitida, lo impactó, dejándolo inhabilitado. Luego de 107 días del incidente, el puente sigue igual. Con un hospital del seguro social a pocos metros, se vuelve inevitable preguntarse ¿cómo hacen las personas que se movilizan a pie para cruzar esta vía rápida? O, ¿por qué la empresa dueña de la excavadora o del trailer no ha cubierto los gastos y procedido a realizar su reparación? O, si es la Municipalidad la que va a asumir el valor y la tarea de la reconstrucción, ¿por qué una obra prioritaria, cuyo monto es en apariencia manejable, no se ejecuta?

Para que los peatones puedan cruzar “con seguridad” se ha asignado a dos oficiales de la ATM que detienen el tráfico vehicular de una vía en la que los carros circulan a 70 km por hora. Si la demora en reconstruir el puente se debe a un tema económico, la remuneración que deberán recibir los agentes de tránsito por concepto de sueldo y horas extras, dependiendo del tiempo que tome la reconstrucción, quizá para cuando esta concluya ya se aproxime a un porcentaje importante del costo total de la reedificación. Esto sin considerar que debido a la actividad comercial de la zona (que aumentará en la época navideña), hay personas que deben cruzar la avenida cuando los agentes de tránsito ya no están presentes, pasadas las diez de la noche, lo que incrementa notablemente las probabilidades de atropellamiento.

El proceso normal de licitación se debe dejar de lado en este caso y actuar como en una emergencia, pues a diario decenas de personas deben realizar el peligroso cruce de la avenida para acudir a citas médicas al hospital del IESS de Los Ceibos, a los centros comerciales del sector, e incluso a un instituto educativo. Mujeres embarazadas, menores de edad, adultos mayores y enfermos, todos ellos públicos vulnerables, se ven expuestos a un posible accidente ya que a pesar de la acción de los agentes de tránsito, siempre cabe el riesgo de que algún conductor esté circulando distraído y no alcance a frenar a tiempo.

Urge devolverle la tranquilidad a la gente. Que ir al colegio, de compras o a una cita médica no se vuelva más estresante de lo que por naturaleza pueda ser. Hay que reconstruir el puente ya.