
Un proyecto educativo en Galápagos prepara a futuros líderes
La educación en la Isla Isabela en Galápagos se expande con voluntarios internacionales Se invierte 60 mil dólares anuales
En Isabela, la isla más grande de las Galápagos (Ecuador), un centenar de jóvenes se benefician de un programa educativo que busca transformar sus vidas al ofrecer una educación integral, que trasciende los libros, y los prepara para enfrentar un futuro más allá de sus costas.
Con 4.588 kilómetros de superficie, Isabela representa el 60 % de la superficie terrestre de las Islas Galápagos, pero no es la más poblada. Aún así, es la sede del proyecto Líderes de Restauración Ecológica, que nació en 2021 con 19 estudiantes y del que ahora se benefician más de cien alumnos.
¿En qué consiste el proyecto?
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En esta zona del archipiélago, la Fundación Intercultural Outreach Initiative (IOI) detectó que el enfoque educativo se centraba en lo ambiental, relegando ámbitos emocionales, sociales y económicos, esenciales en la formación de los jóvenes.
Sara Luz Ruiz, directora de IOI, indicó a EFE que el proyecto comenzó tras la pandemia de la COVID-19, una época en la que los niños aprendían por WhatsApp y no todos podían conectarse a clases, porque, a veces, solo había un teléfono en casas con entre 3 y 4 hijos.
Fue entonces cuando se acercó a las autoridades del colegio Stella Maris, el más antiguo de la isla, y comenzó el proyecto con 19 alumnos, con los que trabajaron en conservación ambiental, desarrollo emocional “que era lo más importante en ese momento”, gastronomía sostenible y el fortalecimiento de las áreas de inglés por medio de voluntarios internacionales.
También impartieron cursos de primeros auxilios con certificación internacional y propiciaron salidas de campo para que la educación fuera vivencial. Además, construyeron un laboratorio de ciencias, un espacio para gastronomía, un huerto escolar, una sala de audiovisuales, un salón de actos y una sala de cómputo.
Evitar deserción
Al terminar el colegio e ir al continente, a unos mil kilómetros de distancia, “el joven de Isabela no va preparado para lo que tiene que vivir; al principio -dijo-, es su sueño dorado” vivir solo, pero enfrentan un “choque muy grande”, pues muchos nunca han salido de Isabela y otros solo han visitado otros sitios del archipiélago.
Por ello, “a los seis meses muchos ya están llorando y pidiendo regresar”, explicó Ruiz, al indicar que por eso desarrollan para los alumnos mayores clases de desarrollo personal para trabajar en liderazgo, gestión de emociones, gastronomía sostenible y la vida fuera de las paradisíacas islas Galápagos.
La fundación hace un seguimiento de los 19 pioneros del proyecto: quince salieron a la universidad y cuatro se quedaron para estudiar a distancia, lo que, para Ruiz, es una prueba de que el proyecto “sí está dando resultados”.
El proyecto, en el que se invierten unos 60.000 dólares anuales, aborda con especial atención temas sobre el embarazo adolescente y la drogadicción, asuntos que no siempre se abordan en casa.
“Lo típico es ir donde el amigo a hablar de estos temas y, a veces, los amigos de la misma edad no son los mejores consejeros”, reflexionó esta profesora de temas de salud emocional.
Salir del entorno es otro eje del proyecto, por lo que llevan a los jóvenes a otras islas, algo que para Ruiz es “súper importante”, para que en el futuro sean líderes, con un conocimiento integral de la zona en que viven.
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