Ni una Verónica menos

En este momento en que la inseguridad campea, la Policía Nacional requiere urgentemente que el Gobierno se vuelque a repotenciarla. Con errores y aciertos, la institución es el escudo de la sociedad contra el crimen’.

Ni uno menos. Con esta frase, este Diario tituló en su portada de ayer lo que fue el homenaje y despedida de sus compañeros policías a la oficial Verónica Songor, asesinada dentro de una Unidad de Policía Comunitaria en Guayaquil. La joven es un nombre más de tantos ciudadanos y policías honestos que caen en manos de las mafias.

Este hecho enluta al país y evidencia lo vulnerable que es la Policía Nacional, que encara todos los días a un crimen organizado con balanza en contra. La institución, con sus errores y aciertos, es el único escudo que tiene la sociedad contra este mal que toma fuerza y cuya presencia se siente cada vez más en los barrios y pequeños negocios del país.

Más personal, más armamento, más protección, mejor infraestructura, más capacitación, una mejor y más efectiva colaboración internacional. En este momento en que la inseguridad campea, la Policía Nacional requiere urgentemente que el Gobierno se vuelque a repotenciarla, pero no solo eso. Hay que empezar a darle un voto de mayor confianza. Solo una institución robustecida, tanto en ánimo como en recursos, podrá combatir efectivamente al hampa. Únicamente así, el país dejará de lamentar la muerte de más uniformados como Verónica, y de más ciudadanos inocentes.