El silencio sobre las vallas

El caso de las vallas publicitarias es uno de varios que salpican a la actual administración municipal. Pedir explicaciones y rendición de cuentas es un derecho de los ciudadanos. Que el síndrome de la memoria frágil no contagie a los guayaquileños...

Parece que no ha pasado nada, pero en realidad pasó mucho. El escándalo de los permisos de las vallas publicitarias entregados irregularmente por el Municipio de Guayaquil, sigue sin responsables a la vista. El silencio de la máxima autoridad municipal así como de los concejales de su misma tienda política sorprende y a algunos los debería asustar porque varios de ellos buscan la reelección en las elecciones de febrero.

De igual manera llama la atención la reserva que guarda la Corporación Nacional de Electricidad, de cuyo tendido eléctrico se extrajo la energía para alimentar a dichas vallas cuyos permisos fueron entregados bajo sospecha. Se desconoce si han denunciado el uso irregular de esos recursos que en definitiva le pertenecen a todos los ecuatorianos.

Cuando se trata del uso antojadizo de la norma y de los recursos públicos, la indignación de los ciudadanos debería desbordarse. El caso de las vallas publicitarias es uno de varios que salpican a la actual administración municipal. Pedir explicaciones y rendición de cuentas es un derecho de los ciudadanos.

Que el síndrome de la memoria frágil no contagie a los guayaquileños que quieren vivir en una ciudad donde respetar la ley sea una obligación de todos y no solo de unos cuantos.