Editorial: Porrazo al turismo

Si el aumento de la violencia criminal ya era un duro golpe al sector turístico, los cortes de energía lo son más 

Los cortes de energía eléctrica vuelvan a provocar un profundo golpe al alicaído sector turístico, cuando se está al término de una temporada playera de altos y bajos por la inseguridad y la crisis económica, que limitan el tiempo de estadía de los viajeros, pero que también impactan negativamente en las finanzas de todos los operadores, desde el más pequeño hasta el más grande.

Las adversas circunstancias a nivel nacional, más complicadas por las pugnas y devaneos políticos y las decisiones de los gobernantes de turno, están condenando a la escasez económica a todos quienes han dedicado sus vidas a la atención de los visitantes que buscan distracción y esparcimiento en los balnearios costeros.

El decaimiento del turismo, que no solo afecta a los lugareños sino que debilita la frágil economía del país porque es mucha la oferta para tan poca demanda de bienes y servicios, debe superarse con políticas claras que permitan recuperar la confianza de los turistas internos, pero también de los externos, que han dejado de visitar el territorio nacional.

Solo la presión a las autoridades, de todos los integrantes de la cadena de asistencia turística, entre los que están, transportistas, bares y restaurantes y hoteleros, puede llevar a los gobernantes a cambiar el rumbo del turismo ecuatoriano.