Editorial: Un pacto por Ecuador

Es un gran desafío y parece imposible, pero nada lo es cuando se trata del bienestar de las familias y del país

Ecuador tomará hoy una decisión que marcará su destino. Independientemente de quién sea el nuevo timonel de la nación y cómo esté conformada la siguiente Asamblea Nacional, es indispensable una agenda de temas prioritarios que unan a las fuerzas políticas y al país, sin que esto implique ceder ante propuestas de impunidad.

Una población polarizada y partidos políticos con agendas propias son caldo de cultivo para la inestabilidad. Un camino que una a la sociedad civil y la clase política es lo que Ecuador necesita para poder avanzar, pues ya no aguanta cuatro años más de peleas, de estancamientos, de pugnas personales, de conspiraciones.

Es un gran desafío y parece imposible, pero nada lo es cuando se trata del bienestar de las familias y del país. Dialogar y llegar a acuerdos mínimos es parte del quehacer de la política. Pues bien, que los políticos hagan su trabajo. Que se sienten a conversar y a elaborar una lista de prioridades, sin ningún miramiento electorero. Y aquellos que quieran transar con la impunidad de sus coidearios prófugos o presos deben ser expuestos ante el país.

 Es momento de dejar gobernar al futuro mandatario, de redactar una agenda prioritaria del y para el país. Esa es la única manera posible de iluminar el sombrío camino que le espera al Ecuador. Es la vía parar recuperar la esperanza de días mejores.