Editorial | La xenofobia se expande
Actualmente muchos gobiernos de la región están explotando ese sentimiento.
La xenofobia se ha convertido en la política contemporánea en una potente fuerza, a menudo ejercida por líderes populistas que explotan las ansiedades económicas, los temores culturales y la desinformación para presentar a inmigrantes y extranjeros como amenazas a la identidad nacional, el empleo y la seguridad. Esto conduce a políticas discriminatorias, discursos de odio e incluso violencia contra grupos minoritarios. Además, se ve alimentada por la polarización social, las narrativas mediáticas y en el perverso discurso de ‘nosotros contra ellos’. Y se manifiesta en políticas antiinmigrantes, restricciones de derechos y una retórica deshumanizante que criminaliza a los extranjeros, impactando desde las leyes de ciudadanía hasta las experiencias cotidianas. Actualmente muchos gobiernos de la región o incluso de países donde se pensaba que la xenofobia ya no era un elemento significativo en el ejercicio del poder están explotando ese sentimiento. Hace poco, el presidente de los EE. UU. por ejemplo, habló de los inmigrantes somalíes como “basura” mientras que en Europa hay partidos y dirigentes políticos que utilizan un lenguaje xenófobo para ganar adeptos.
La trágica diáspora venezolana también está siendo explotada por ciertos políticos para encontrar supuestos culpables del desempleo o la inseguridad, cuando estos fenómenos están más relacionados a causas mucho más estructurales.