Editorial: Un giro estructural para atraer inversión
Los inversionistas no se mueven por discursos ni promesas, sino por condiciones que garanticen seguridad y rentabilidad
La caída en la inversión extranjera directa en el 2024, la peor en los últimos 14 años, ha expuesto una triste realidad: Ecuador se encuentra en la cola de preferencias para quienes buscan desarrollar proyectos de capital. Si bien la actual gira presidencial es un esfuerzo válido para promocionar al país en la ‘vitrina global’ hay que entender que solo una exposición internacional no es suficiente. El problema es más profundo y exige soluciones estructurales.
Los inversionistas no se mueven por discursos ni promesas, sino por condiciones que garanticen seguridad y rentabilidad para sus capitales. Por ello urge que el Gobierno priorice este año reformas de fondo, como el desbloqueo del ingreso de la empresa privada en sectores estratégicos, hoy reservado solo para un Estado desfinanciado; o que se elimine la carga tributaria como el ISD o que se permita el arbitraje internacional que todo inversionista serio exige.
Ecuador debe elegir entre permanecer estancado en modelos económicos obsoletos o dar el gran salto que nuestros vecinos regionales como Perú o Colombia ya han iniciado. La verdadera transformación requiere de visión y voluntad política para reformar marcos regulatorios antiguos que han mantenido al país en un eterno estancamiento económico.