Editorial: El Foro del cinismo

Los del Foro de São Paulo y el grupo de Puebla han quedado reducidos a un grupillo de la desvergüenza y el cinismo

Más que ciertas líneas ideológicas, los une el cinismo. Escuchar a quien se autoproclama presidente de Venezuela y a su fiel alfil, ministro del Interior, cuestionar la legitimidad y legalidad del último proceso electoral en Ecuador es, por de más, un acto de descaro. 

Su reelección es la que, luego de varios meses, sigue en duda; aún no pueden presentar las actas que avalen esa supuesta victoria. Es una posición respaldada por la presidenta de México y su par de Colombia.

Los del Foro de São Paulo y el grupo de Puebla han quedado reducidos a un grupillo de la desvergüenza y el cinismo. Para ellos tiene más validez el argumento de la transferencia de la tinta al doblar la papeleta de votación -una teoría tirada de los cabellos que expone el expresidente prófugo en cada entrevista que ofrece- que las actas de escrutinio, que son de dominio público. 

Ellos son los que hallan lógica a la teoría del robo de cables para justificar el apagón en España. Ellos son los que aplauden respuestas como la de la presidenta de México, que encontró una forma para pagar menos por energía eléctrica: consumir menos.

Están acostumbrados a burlarse de los ciudadanos. A tratarlos con irrespeto. En ese caso, hay que tratarlos como lo que son: un foro de cinismo.