Editorial | El ocaso evitable de la industria petrolera
Este no es un ocaso natural ni inevitable; es el resultado directo de años de improvisación y abandono en el sector petrolero
El país asiste con inquietud al declive de lo que durante décadas fue el motor económico del Ecuador: la industria petrolera. Lo que fue nuestra exportación estrella hoy se desvanece ante la falta de inversión y una ausencia de estrategia de años. La producción ha caído a niveles mínimos, las exportaciones se contraen y el país observa impotente cómo se diluye uno de sus principales activos.
Este no es un ocaso natural ni inevitable; es el resultado directo de años de improvisación y abandono. Pero no es lo único. La crisis interna se ve agravada por factores externos que exigen respuestas urgentes: la caída del precio del crudo golpea duramente las arcas fiscales, dejando pérdidas cuantiosas.
La recuperación del sector no será sencilla, pero es impostergable. Se requiere tiempo, recursos y, sobre todo, un equipo técnico altamente capacitado que desarrolle una planificación integral para toda la cadena de valor: desde la exploración hasta el refinamiento de nuestros propios combustibles. Un desafío que será posible si el Estado abre las puertas a la empresa privada para que gestione e invierta valor en este sector estratégico.
Ecuador no puede darse el lujo de perder definitivamente lo que alguna vez fue su principal fuente de riqueza.