Editorial | Dignificación para frenar el crimen

La seguridad empieza por el fortalecimiento institucional, y eso incluye mejorar la infraestructura de las bases militares

El país necesita una fuerza pública fortalecida, con los recursos necesarios para combatir de forma eficaz tanto la delincuencia común como el crimen organizado. No bastan los discursos ni los operativos momentáneos. Se requiere una inversión sostenida que priorice la profesionalización, la tecnología y la infraestructura al servicio de policías y militares. El primer paso es dignificar su labor: mejorar sus condiciones de vida, garantizar descansos adecuados, acceso a viviendas cómodas y ofrecerles un entorno de trabajo lo más seguro posible y equipamiento idóneo. Es inaceptable que quienes arriesgan su vida para proteger a la ciudadanía lo hagan desde cuarteles vulnerables, mal diseñados, y muchas veces ubicados en zonas de alto riesgo, sin las medidas mínimas de seguridad.

La falta de dignificación de la labor policial y militar -que incluye salarios acordes con el riesgo y el servicio que prestan- ha sido uno de los factores que ha permitido la penetración del crimen en las estructuras estatales. Cuando un policía no puede sostener a su familia con su sueldo, o un militar duerme en instalaciones precarias, el sistema entero se vuelve vulnerable. El combate al crimen empieza por dentro: solo una fuerza pública fuerte, motivada y respetada podrá protegernos de verdad.