Editoriales

Crecimiento sin redistribución

La pandemia agrandó la brecha y dejó ver las profundas diferencias socioeconómicas que marcan la vida de los latinoamericanos’.

América Latina es el continente más inequitativo del planeta. No el más pobre: el más inequitativo. Por eso, pese al notable crecimiento económico de algunos de sus países, a ciertos observadores les resultan llamativos los brotes de violencia que no dejan de producirse. En las antiguas elaboraciones sobre modelos de desarrollo se cuidaba diferenciar crecimiento versus desarrollo. Si lo social no está fuertemente involucrado cuando crecen solo determinados sectores, la brecha se hace más grande en relación a los menos favorecidos y crecen también las tensiones sociales. Lo deseable es avanzar en crecimiento más redistribución, invirtiendo en capital social. Lamentablemente, es defectuosa en América Latina la calidad del gasto público, sesgado por el clientelismo, la corrupción y la improvisación.

Lo que se está viviendo en Perú es un reflejo de lo señalado: la economía ha crecido pero las mayorías empobrecidas anhelan cambiarlo todo, hasta violentamente, y al costo de las libertades, puesto que ese crecimiento no ha contribuido a mejorar la calidad de sus vidas ni la de sus hijos. Igual ha sucedido en Chile, país que ha venido siendo tomado como un modelo de crecimiento económico, sin observar las grandes brechas ocultas detrás de esa aparente expansión. Hay que repensar a nuestra América Latina.