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Xavier Flores Aguirre | Historia de dos amigos guayaquileños

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La vorágine de los acontecimientos del trienio 1833-1835 desembocó en una guerra civil que parió una república

José Joaquín Olmedo y Vicente Rocafuerte fueron guayaquileños y contemporáneos, nacido el primero en 1780 y el segundo en 1783. Fueron ilustrados y fueron amigos que participaron en la lucha por la independencia de los territorios americanos del Reino de España y que terminaron por fundar, en 1835, la República del Ecuador.

Hasta llegar a este momento de fundación de la República del Ecuador, Olmedo y Rocafuerte tuvieron unas trayectorias similares: ambos integraron las Cortes de Cádiz en el Reino de España (Rocafuerte únicamente por un breve período en 1814, mientras que Olmedo fue parte de las Cortes entre 1811 y 1814, año de su disolución por decisión del rey Fernando VII), ambos formaron parte del Cabildo de Guayaquil, ambos viajaron por varios países de América y de Europa, y ambos fueron representantes en Europa de un nuevo Estado americano (Rocafuerte de México, Olmedo del Perú).

Las trayectorias de Olmedo y Rocafuerte también tienen sus diferencias. Entre 1819 y 1833, años en los que Rocafuerte vivió en el exterior, Olmedo tuvo una agitada vida en su territorio natal. En 1820 fue elegido el primer jefe civil del Guayaquil independiente y republicano. Olmedo gobernó la Provincia Libre de Guayaquil como presidente de una Junta Superior de Gobierno entre 1820 y 1822, hasta la ocupación militar de la provincia comandada por el general Simón Bolívar en julio de 1822.

Como presidente de la Junta Superior de Gobierno, Olmedo procuró la independencia de los demás territorios que pertenecieron a la Audiencia de Quito. Tras la batalla del Pichincha, la Junta presidida por Olmedo publicó el 9 de junio de 1822 una proclama, en la que se leía: “Cuando nos propusimos ser libres, no podíamos dejar gemir en la opresión a los pueblos que nos rodeaban”. Y en esta proclama se reconoció que los esfuerzos de Guayaquil habían sido coronados por el éxito: “Guayaquileños: Quito es ya libre: vuestros votos están cumplidos”.

Años después, en 1830, Olmedo participó como diputado en el Congreso Constituyente que reunió a veinte adinerados varones en Riobamba con el propósito de fundar un Estado con el disparatado nombre de “Estado del Ecuador en la República de Colombia”. Olmedo fue parte de la comisión que redactó la Constitución y fue nombrado su primer vicepresidente, cargo al que renunció el año siguiente.

En 1833 volvió Rocafuerte a Guayaquil. Por aquel entonces, Olmedo estaba dedicado a sus asuntos privados, pero no lo estaría por mucho tiempo. La vorágine de los acontecimientos del trienio 1833-1835 desembocó en una guerra civil que parió una república.

Rocafuerte fue el jefe supremo triunfante en la guerra civil, tras la victoria de su ejército en la batalla de Miñarica. Convocó a una convención nacional, que fue presidida por Olmedo. Esta convención, reunida en Ambato, aprobó la Constitución que originó la República del Ecuador y que lo designó a Vicente Rocafuerte como su primer presidente constitucional. El ejecútese de Rocafuerte a esta Constitución que Olmedo contribuyó a redactar con su guía y pluma, fue dado el 13 de agosto de 1835. Ese día nació la República del Ecuador.

Fue un largo viaje de dos amigos en la vida pública, hasta concretar una república.