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1881, Pedro Carbo y dragado

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En Guayaquil, líderes y gobernantes desde 1950 al presente no saben relacionarse ni convivir con el río, golfo y la cuenca del Guayas. Es una situación y proceso permanente. Sucede desde que desaparecieron los grandes líderes que forjaron, sostuvieron y proyectaron el liberalismo social, el reformismo y la idea del progreso de la ciudad-puerto, provincia y región: Olmedo, Rocafuerte, Aguirre Abad, Pedro Carbo, etc. Desde ahí hasta hoy, con pocas excepciones, no logran aún ser legítimos discípulos de esas ideas, proyectos de vida y auténtico liderazgo para el Guayaquil histórico y el Guayas.

Esto explica por qué se abandonó y casi destruyó la navegabilidad del Guayas. Los guayaquileños permitieron que un mamotreto de puente montado por el correato corrupto siga destruyendo su navegabilidad. Otro es el abandono de la fuerza hídrica que tiene el Guayas y afluentes para el transporte. En medio de eso está la grave situación del dragado del río en su desembocadura. Todos saben que el dragado se ha pospuesto por más de 50 años. Recién una mujer, del gobierno provincial, muestra y demuestra la voluntad y decisión necesarias para realizar esta importante obra. Comenzará con los estudios. Ojalá lo concrete como obra efectiva.

Pero el problema del dragado tiene más de 140 años. Ya lo expresó Pedro Carbo en 1881, cuando dijo: “El asunto… es tanto más importante, cuanto que cada día se hacen más necesarias las medidas salvadoras de la calamidad de que se halla amenazado este Puerto de Guayaquil, con los bajos que se han formado en nuestro principal y majestuoso río... amenazando obstruir su navegación... reclamando el cumplimiento de la ley que manda limpiar dicho río, se me injurió por la prensa, interpretando malignamente mi patriótico propósito. Pero tan insólito ataque no me ha arredrado, pues sería vergüenza abandonar una cuestión, que interesa altamente á mi patria... La existencia del gran bajo que se ha formado al frente mismo de esta ciudad, está á la vista de todos, y progresa de una manera alarmante. Es, pues, de urjente (sic) necesidad que se tomen medidas para remediar el mal presente y evitar una gran calamidad en lo futuro”. Lo dicho por Carbo hace 140 años espera la decisión y acción de todos.