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La despolitización daña la democracia

Avatar del Willington Paredes

La conclusión: seguir actuando sin control frente a sus electores para bloquear el accionar ciudadano y excluir su participación activa

Es un proceso y producto sociopolítico, ideológico y cultural, consciente e inconsciente, de decisión y acción ciudadana. Despoja de significación, interés e importancia a las decisiones y acciones (negativas y perjudiciales) de la colectividad. Especialmente la de los “políticos”. Esto tiene efectos directos en la sociedad. Pues deja libre el espacio público para el libertinaje e impudicia de los políticos en asuntos del Estado, economía, democracia, escena pública, instituciones, leyes y cualquier acción de los representantes elegidos (ej. los asambleístas). Hay diferentes hechos que inciden en esto: la tecnología, la cultura posmoderna, el individualismo, las tribus culturales, etc. En Ecuador esto ha generado hace algunos años graves daños. Así, ellos, con plena consciencia, han buscado (y buscan) que la ciudadanía no se interese, preocupe y hasta no juzgue sus actuaciones mafiosas. Esta práctica se repite cada día más y más. Por eso toda palabra y acción suya es presentada como “salvífica”. Se creen mesías, salvadores e intérpretes de un pueblo al que no le interesa la política (lo cual quiere decir que renuncian a la libertad, individual y colectiva de preocuparse como deber ciudadano por el destino de su país).

Este accionar de “profesionales de la política” (¿?) pretende, desde partidos, grupos de interés y/o mafias, que la mayoría de la sociedad no cumpla con su deber cívico y sociopolítico: vigilarlos y exigir cuentas, juzgar y sentenciar la conducta de los malos políticos. Claramente se configura su intención: desciudadanizar a los electores así como al conjunto de esos colectivos. Con este proceder crean y reproducen una sociedad y grupos de ciudadanos acríticos, pasivos, irreflexivos y desinteresados por los asuntos y problemas del Estado. Es decir, que miren y acepten que solo ellos, los profesionales de la política, son los “únicos” que pueden “enfrentar y resolver” (¿?) los problemas del país. El efecto final es: despolitizar la ciudadanía, desciudadanizar al colectivo social y monopolizar el pensamiento, procedimientos y acciones políticas. La conclusión: seguir actuando sin control frente a sus electores para bloquear el accionar ciudadano y excluir su participación activa.