La excepción es la regla

La violencia que soportamos, contaminada por el desembarco potente del narcotráfico, no se resuelve con estados de excepción...’.
Si hay una medida en la que el Gobierno Nacional muestra su fracaso es en el manejo de lo que llama “seguridad ciudadana”. Por ahí empieza el error, pues el flagelo que azota a Ecuador no solo atenta contra ese derecho, sino contra varios: paz social, justicia, desarrollo económico. Y lo continúa al malgastar una herramienta que de tanto usarse pierde su efecto.
La violencia que soportamos, contaminada por el desembarco potente del narcotráfico y sus múltiples tentáculos, no es un asunto que se resuelve con estados de excepción. ¿Alcanzan por sí solos? No, puesto que los usa para justificar la presencia militar en tareas que, en teoría, corresponden a una entidad del orden interno, la Policía Nacional. Y entonces pasa lo que pasa: los miembros de las Fuerzas Armadas no están preparados ni tienen sus actos el resguardo adecuado de normas legales.
El presidente Guillermo Lasso ha gobernado el 60 % de su período en medio de un estado de excepción. Va a tener que cambiarle el nombre porque “excepción” significa “fuera de la regla”, es decir, de lo común. Cuando algo se hace comúnmente, casi todos los días, entonces no solo que ya no es excepcional, es todo lo contrario.
¿Tiene el Estado el control de las cárceles? No: sigue el narco usándola como su supermercado de abastos para los reos, por ejemplo. ¿Se siente más segura la ciudadanía? No, los sondeos dan cuenta de que se mantiene temerosa. ¿Se ha eliminado la nueva práctica extorsiva de las ‘vacunas’? Ni de lejos. Y aunque ha bajado el porcentaje de robos, principalmente, el de homicidios se mantiene con buena salud…
La decisión correcta de elevar a consulta popular temas trascendentes como este, sería necesaria y quizás efectiva, pero la que planea convocar el jefe de Estado es una mezcolanza de cuestiones que no ubica a “la seguridad” como bandera, sino que tiene un polizón mal escondido en la pregunta 6: la intención de quedarse con el poder nominador de los titulares o jefes de las entidades mayores del Estado. A Lasso le tienta hacer lo que todos los presidentitos que hemos tenido han querido o hecho: controlar todo. Esa sí ha sido una regla.