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La factura de la inoperancia

Avatar del Rosa Torres Gorostiza

El nuevo ministro no desconoce la realidad hospitalaria y, por tanto, no caben diagnósticos sino actuaciones que cambien el rumbo de la atención sanitaria en el país’.

Ni seis años de construido tiene el hospital del Guasmo Sur, pero los daños siguen aflorando por todos lados, en todas las áreas, en todos los pisos, hasta en los patios.

Las filtraciones aumentan en los techos; los cielos rasos de áreas sensibles, como el postoperatorio, se caen en pedazos; hay fugas de agua en los lavatorios de manos de hospitalización; el porcelanato de los pisos está cuarteándose y en algunas partes está roto, más que nada a la salida de los ascensores; a los equipos se les terminaron los mantenimientos por las garantías de fábrica, pero no se les han aplicado las garantías extendidas y, por tanto, si se dañan, va a la ruma de los que tienen problemas.

Lo que antecede no me lo han contado, lo he visto y lo ven los médicos, los enfermos, los administradores de esta casa de salud de cuatro niveles, de 57.000 metros cuadrados, en donde muchos se preguntan: ¿a dónde va el dinero que llega para el mantenimiento? y ¿quién pagará la factura de los daños que afloran:la constructora china CAMC Engineering o el Ministerio de Salud?

ElEstado invirtió 187,2 millones de dólares en la construcción y equipamiento de este hospital de 483 camas que ahora avanza hacia la destrucción progresiva, por un lado porque no todos los materiales colocados tuvieron la calidad requerida y,por otro, porque los mantenimientos han sido postergados o están en el olvido.

La ineficiencia y la corrupción le están pasando una nueva y alta factura alEstado, no solo por este hospital sino por toda la infraestructura y servicio de salud, en los que el nuevo ministro debe poner su máxima atención, sin más espera que el trámite regular de emergencia.

José Ruales no es un recién llegado que debe ponerse al día. Ya tuvo tiempo para ello bajo el timón de la exministraXimena Garzón. Ahora, lo urgente es cambiar el rumbo porque el éxito de la vacunación ya pasó. Hay decisiones políticas por tomar, entre ellas el desbaratar los entramados de corrupción, desde el más alto hasta el más bajo nivel, y cuidar el costoso equipamiento, tan necesario para atender a miles de pacientes diarios. Menos declaración y más actuación, lo que se espera.