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Con la misma piedra

Avatar del Roberto López

Ahora tropezaremos otra vez con la misma piedra, amnistiando a quien viene a integrar el ‘team’ que amenaza terminar con la democracia

“Quien olvida su historia está condenado a repetirla”, dijo Ruiz de Santayana. Y ese parece el principio rector de la sociedad más vaga de la historia, que -inevitablemente- deja todo sin resolver luego de cada debacle: nosotros.

La amnistía concedida a los incendiarios de Quito es el mejor ejemplo. Es vergonzosa, ya que institucionalizó por la fuerza del voto -mas no por la razón o el Derecho-, la sedición, la rebelión y el levantamiento contra el orden establecido. Invocando insólitamente el “derecho a la resistencia”. Solo para que se vayan enterando revolucionarios de pacotilla, el derecho a la resistencia es para resistirse contra quienes atentan contra el orden constitucional establecido (LFB, art. 20.4) y no para subvertirlo, como hicieron Mr. Iza & Co.

La amnistía es antijurídica, pues: 1. Sirve para perdonar delitos ‘políticos’. Como no están definidos en la ley penal (ni en ninguna), no sabemos cuáles son. Esto destruye el antiguo precepto constitucional ‘nullun crimen, nulla poena sine praevia lege’. No se conoce “qué” es lo que se ha perdonado.

2. La Constitución no permite amnistiar delitos comunes. El cierre de vías, la agresión a la población civil, la destrucción de bienes, el ataque a un convoy del ejército -homicidio de un miembro de las FF. AA. incluido-, el terrorismo y la subversión protagonizada por grupos armados plenamente identificados por inteligencia militar, son delitos comunes. No políticos.

3. El año 1875 se sancionó en Argentina la Ley de Amnistía, número 714 (sí, allá las leyes tienen número). Es decir que desde el siglo XIX, Argentina tiene una Ley de Amnistía, y los vagos ecuatorianos que concedemos amnistías masivas en ‘combo’, no. Dos siglos después. ¿Les suena la expresión “agenda legislativa”? ¡Qué risa!

Y no es que sea una buena ley. Está mal hecha. Pero tener una nos hubiera permitido impedir que los delitos del COIP fueran convertidos en ‘políticos’, para amnistiar a Mr. Leo y su combo.

Ahora tropezaremos otra vez con la misma piedra, amnistiando a quien viene a integrar el ‘team’ que amenaza terminar con la democracia.

Pobre país.