Columnas

Alimentos (II)

Hoy tenemos la red, la tecnología y la logística para hacerlo; alguien del Gobierno debe liderarlo

En el tema de nutrición hay programas que deben ser emprendidos para aplacar situaciones crónicas, y medidas inmediatas de cara a la explosión inflacionaria mundial en los alimentos.

Hace unos meses la organización de la sociedad civil Guayaquil Preparada Siempre (GPS) convocó a un foro de expertos en el tema, concluyendo que las acciones estructurales más importantes eran: mejorar la calidad del agua que se consume y mejorar la inocuidad de los alimentos; emprender en campañas de educación para las madres respecto de qué es nutricional y qué es un exceso calórico. En muchos casos hay el recurso económico, pero la falta de educación impide conducirlo a alimentación adecuada. En algunos casos, las costumbres del padre ‘para satisfacer su paladar’, provocan que los niños especialmente, no ingieran alimentos nutritivos. Atención médica prenatal, y atención integral para los primeros 1.000 días de los niños. Si no se lo hace, los problemas son irreversibles.

En lo urgente, se debe, de forma inmediata, activar un plan de alimentación para niños y adolescentes en los planteles públicos para que reciban un refuerzo de desayuno y almuerzo (por lo menos). Sus padres no pueden proveerles todo el alimento de una dieta balanceada por el incremento de precios, así que hay que hacerlo por vía estatal. Se debe dirigir el bono de la solidaridad para que sea de uso exclusivo de alimentos y útiles escolares, no en efectivo; asociando a los grandes productores de alimentos para elaborar “paquetes de combate”, que sean distribuidos a través sistema de tiendas barriales de la economía social y solidaria y en las cadenas de supermercados (38 % de cobertura nacional). Es decir, empaques especiales de productos proteicos por ejemplo, de verduras, hortalizas y lácteos. No se pide que regalen o pierdan plata, se sugiere que se construya algo especial en tamaño y precio asociado. Los kits de no perecederos no son sostenibles en el tiempo.

Hoy tenemos la red, la tecnología y la logística para hacerlo; alguien del Gobierno debe liderarlo.

Es posible hacerlo bien y rápido, pero el tiempo corre.