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El desafío

Avatar del Paúl Palacios

"Conciliar es buscar una agenda común, pero por ninguna razón conciliar es absolver el daño que algunos hicieron con fondos públicos"

El señor Lasso ha ganado las elecciones presidenciales. Ganar siempre confiere dos responsabilidades. En primer lugar, responder a la decisión de la mayoría del electorado que confió su voto por una línea de pensamiento y; en segundo lugar, reconocer que en el país existe una cantidad muy grande de electores que piensan diferente a esa mayoría, electores que deben ser respetados y para quienes se debe buscar todos los espacios posibles de conciliación. Para reponerse de un fracaso hay mil libros de consulta, pero para despojarse de vanidades alimentadas por la lisonja que rodea el triunfo, imagino que se requiere más templanza que para levantarse de una adversidad.

El presidente deberá tener la sabiduría para conciliar y no usar su poder para dividir. Las elecciones se pueden ganar con el 53 % de los votos, pero no se puede gobernar con ese porcentaje, porque el ejercicio del poder desgasta. Muy pronto la necesidad de medidas provocadas por la dura situación económica y sanitaria cobrarán simpatías y provocarán rechazo. Eso es normal, es lo que debemos esperar, y eso hay que encararlo con un país que comparta una agenda, no con un país que aliene a los perdedores, no importa cuál sea su tendencia. Un error que cometieron algunos talentosos políticos del pasado fue aprovechar la división de un país frágil para mantenerse vigentes. Lo que lograron fue una sociedad fragmentada, en la cual en muchos casos no reconoce un sector a otro con el derecho de tener un espacio en esta tierra. Los problemas de extrema pobreza, destrucción de la clase media, falta de empleo, falta de oportunidades educativas para los jóvenes, dudas sobre la viabilidad de la seguridad social para las personas mayores, grietas fiscales, amenazas sobre la seguridad interna, drogadicción de una masa de adolescentes que no encuentran solución a su tragedia, no pueden ser resueltos por un presidente solamente. Conciliar es también velar por una Justicia imparcial y que los que abusaron de los fondos públicos tengan un debido proceso, respondan por sus actos inmorales y devuelvan lo robado. Nada fácil.