Columnas

Haciendo camino al andar

Empezamos un nuevo año, con expectativas, con un equipaje pesado para quienes hemos perdido seres queridos en el último trimestre del pasado 2021; pero con ilusiones ante la posibilidad cierta de un nuevo miembro en la familia: mi primer nieto, hijo de mi primer y único hijo varón. Gracias Dios porque tu tiempo es perfecto, y desbrozas de nuestra vida lo malo y pones lo bueno. En honor y a propósito de aquello, me permito realizar la siguiente reflexión.

El tránsito por la vida se parece al aprendizaje de conducir bicicleta. El objetivo es poder avanzar de manera equilibrada, un tanto seguro, por el camino de la vida.

El proceso se inicia escogiendo el tamaño de la bicicleta, que correspondería a los objetivos; y escoger el terreno en el cual iniciar el aprendizaje. Todo dependerá, a más del terreno, del camino que elijamos: si es un terreno plano, asfaltado y recto, el aprendizaje será más rápido y sin mayores inconvenientes; si es un camino empedrado, curvo y con cuestas, nos hará más diestros, tomará más tiempo que el proceso anterior, porque luego de algunas caídas de ambos lados, aprenderemos a superar los obstáculos y remezones que el camino nos presenta; y por último, si el camino es arenoso o fangoso, el proceso será arduo, agotador, largo y tortuoso, pero saldremos fuertes, resistentes y resilientes.

En el proceso encontraremos todo tipo de personas, las cercanas, inclusive familiares, a las que poco o nada les interesa lo que nos pase; te verán en el suelo y nada harán por ayudarte. Estarán los buenos samaritanos, quienes al verte caído, desinteresadamente te ayudan a levantarte y te reconfortan ante la mala experiencia; y estarán los interesados, aquellas “rémoras, parásitos” que están junto a ti, mientras puedan disfrutar de tus bienes: la bicicleta de este ejemplo.

El objetivo a lograr es el equilibrio producto del aprendizaje. Ese debe ser nuestro objetivo de vida, una vida equilibrada en todos sus campos para disfrutar del camino. Lo importante, es disfrutar la experiencia, aprovechar el aprendizaje y vivir día a día, haciendo camino al andar.