Desempleo, inseguridad y circo

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Cómo olvidar la fiesta con “el amante bandido…” en Carondelet, con vajilla recordatoria de la ocasión.

Santa Marianita de Jesús profetizó: “El Ecuador no será destruido por desastres naturales, si no por los malos gobiernos”. Pareciera ser que la profecía de la santa, elección tras elección, se viene convirtiendo en realidad, salvo honrosas excepciones, entre las cuales no está ni el correísmo ni la revolución ciudadana.

Así como en muchas ocasiones las catástrofes naturales son el resultado de la irresponsabilidad humana, las catástrofes económicas y sociales a la que los malos gobiernos arrastran a sus sociedades, responden también a la irresponsabilidad del votante al momento de elegir. Solo así se puede entender cómo alcanzan el poder el populismo, el socialismo y el nacionalismo; cuenteros que crean expectativas a través de ofrecimientos vanos, adornados por “mitos urbanos”, trayendo a la memoria del pueblo gestas distorsionadas de héroes de la historia, para que el pueblo vea en el político cuentero al prócer reencarnado. Los resultados: gobiernos embaucadores, fracaso económico, retraso social, corrupción política y abuso del poder garantizado.

Albert Einstein decía: “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Escoger el modelo socialista, nacionalista, sea o no revolucionario del siglo XXI, nos seguirá arrastrando a situaciones como las de Venezuela, Cuba, Nicaragua, etc.

En el Ecuador necesitamos estadistas que gobiernen y legislen pensando en el beneficio y crecimiento del país a largo plazo, pensando en las futuras generaciones y no como el populista, al que el futuro del país le importa un bledo, porque su objetivo siempre son las futuras elecciones.

Los populistas, tras reconocer dificultades económicas, llenan de espectáculo la vida del ciudadano, mientras algunos de ellos y/u otros se llevan el país en peso. 

Cómo olvidar la fiesta con “el amante bandido…” en Carondelet, con vajilla recordatoria de la ocasión.

Ante la inseguridad, el desempleo y el fracaso económico que nos aqueja, retumba en mi memoria aquello de “pan, techo y empleo” “Ecuador una isla de paz”. Sin embargo, el día de hoy, solo tenemos desempleo, inseguridad y circo.