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La educación y sus oportunidades

Avatar del Medardo Mora

"...convertir la educación en un instrumento pedagógico que apunte al bien común, que sea el principal insumo para el desarrollo y bienestar de la sociedad. Esa es su finalidad"

La educación sufre una irrecuperable pérdida con la pandemia, privando a niños, adolescentes y jóvenes de asistir presencialmente a sus centros de estudios. Los medios tecnológicos son una ayuda, facilitan acciones, pero nada reemplaza la relación interpersonal entre profesor y estudiantes y de los estudiantes entre sí.

Es indiscutible el poder transformador de la educación. Educar es dar al presente la esperanza de romper con determinismos y fatalismos existentes; posibilita comprender el buen uso de la libertad, la concientización de auténticos valores (respeto, responsabilidad, honestidad, etc.). No hay posiciones ambiguas, se es bien o mal educado, eso responde a conductas personales. Una educación de mala calidad contribuye a socavar opciones de progreso y profundiza desigualdades, solo el conocimiento nos hace iguales.

La actual situación sanitaria ha creado una crisis educativa; provoca exclusiones a quienes no disponen de medios informáticos, pero las dificultades abren espacio a las oportunidades. Es ocasión propicia para reformular propuestas que terminen con un verticalismo de autoridades en el manejo de la educación.

Esta pandemia ha demostrado que la educación debe ser un proceso que compartan docentes, padres de familia y comunidad, los cuales están llamados a ponerse de acuerdo en mecanismos que favorezcan la enseñanza-aprendizaje. Es momento de efectuar una real revalorización de la tarea docente, cuya capacitación y profesionalismo es fundamental para cumplir el rol de guía, orientador, tutor del alumno, entendiendo que más educa el ejemplo que la palabra, que el aprendizaje teórico sin la práctica es estéril, sin pretender coartar la libertad del educando para construir su propia personalidad.

El mundo actual exige aprender con la misma velocidad que cambia el entorno. Los profesores deben fortalecer un pensamiento autocrítico, de comunicación, colaboración y creatividad del discípulo; convertir la educación en un instrumento pedagógico que apunte al bien común, que sea el principal insumo para el desarrollo y bienestar de la sociedad. Esa es su finalidad.