Martin Pallares | El peor momento para una constituyente

El noboísmo estará, como ha estado hasta ahora, concentrado en los trabajos de cocina para sostenerse en el poder
De entre todos los momentos imaginables, difícilmente se hallará uno tan malo como éste para convocar a una Constituyente. Que hay motivos suficientes para tener otra constitución o para reformar profundamente la actual es una verdad casi de perogrullo, pero las actuales circunstancias sociales y políticas son las peores para ello. Para que en estos momentos exista la urgencia de una nueva constitución primero debería haber una corriente política, con la capacidad de ganar suficientes curules, que plantee un nuevo marco conceptual para el país. Puede ser verdad que es necesario quitarle el monopolio al Estado de ciertas actividades económicas o eliminar ciertas instituciones correístas pero ¿quiénes creen aquello tienen la capacidad de ganar curules para concretar esas ideas? Evidentemente no. Muchos dirán que para eso está la fuerza del noboísmo, que se supone es más amistoso con la libre empresa que el correísmo o la Conaie y que sí tiene la capacidad de ganar, pero ¿alguien ha escuchado cuál es la idea de economía para el país que tienen las figuras más relevantes del noboísmo? ¿Alguien sabe qué piensa sobre eso Niels Olsen, Valentina Centeno o el mismo Daniel Noboa? ¿Alguien ha escuchado a la ministra de Gobierno, Zaida Rovira, exponer su visión sobre lo que representa el Consejo de la Judicatura o el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social? ¿Y sobre la plurinacionalidad o la justicia indígena? Quienes aspiran a un estado más liberal y menos intervencionistas no deben esperar nada del noboísmo: este gobierno no ha sido capaz de liberalizar prácticamente nada en la estructura institucional del país y las pocas decisiones relevantes que ha tomado, como eliminar los subsidios a los combustibles, ha sido por la necesidad de conseguir el aval del Fondo Monetario Internacional para financiar el déficit fiscal. ¿Qué movimiento que crea en la liberalización del país y en la independencia de la justicia puede ganar, en estos momentos, los curules necesarios para incidir en la redacción final de una constitución? Ninguno: el noboísmo estará, como ha estado hasta ahora, concentrado en los trabajos de cocina para sostenerse en el poder y proteger judicialmente al presidente que en hacer reformas estructurales. Los únicos que parecen tener una idea sobre qué quieren de una constituyente son los correístas y lo que ellos quieren se reduce a: la impunidad de sus líderes, instalar los mecanismos para llegar al poder y nunca dejarlo y colocar a las mafias en el gobierno.