Adviento III, por los esclavos

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El trabajo forzoso es una de las contemporáneas formas de esclavitud.

La libertad, la base de la dignidad humana. El trabajo forzoso es una de las contemporáneas formas de esclavitud. La Revista Plan V nos trae una muestra de esta forma de esclavitud más cerca nuestro de lo que creemos.

Trata de Furukawa, empresa de Abacá que lleva 55 años aquí y tiene 32 haciendas en el país. “Dentro de ellas existen campamentos donde viven los abacaleros con sus familias, se hacinan en pequeñas habitaciones hechas de bloque y cemento. Un cuarto puede albergar a entre una y ocho personas… No tienen baños y la gente bebe agua de pozo o de un estero cercano, contaminado por los residuos del abacá, que es una planta de la cual se extrae una fibra altamente resistente, que incluso ha sido usada por la industria automotriz como sustituta de la fibra de vidrio. Pero esa misma propiedad la vuelve mortal para los trabajadores que la procesan. Un solo filamento puede convertirse en una peligrosa navaja, capaz de mutilar extremidades. La mayoría de accidentes ocurre con los abacaleros que usan las máquinas desfibradoras, unos artefactos que fueron traídos desde Japón e India y durante más de medio siglo no han sido reemplazados. Wilson Santos, por ejemplo, quedó mutilado en su pierna y según el citado medio de comunicación han sido cuatro ministerios los que han corroborado que existen varias personas con discapacidad física a causa de accidentes laborales”.

Les pagan solamente de 200 a 300 dólares mensuales y en una inspección realizada el 20 de noviembre de 2018 a Furukawa, el Ministerio de Trabajo halló 31 incumplimientos a las normas de seguridad y salud.

En el informe del Consejo Económico Social del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales se expresa la gran preocupación por esta situación que califica como trabajo forzoso y le pide al Ecuador que de manera urgente tome medidas de protección, repare a las víctimas y sancione a los responsables.

Por lo que no hemos hecho para reparar esto, perdónanos Niño Dios.