Premium

OTAN, Biden y Putin

Avatar del Juan Faidutti

"Biden, en el primer viaje a Europa de su presidencia, marca el retorno al multilateralismo por parte de EE. UU."

En días pasados se dio la cumbre de la Unión Europea y Estados Unidos. Allí los líderes comunitarios y el presidente Joe Biden trataron de restablecer las relaciones comerciales golpeadas durante el mandato de Donald Trump. La prioridad era el levantamiento de los aranceles, y una muestra de que las conversaciones avanzaron, ha sido el anuncio de la presidenta de la comisión europea, Ursula von der Leyen, de un acuerdo con EE. UU. para resolver la larga disputa sobre subvenciones ilegales a los fabricantes de aviones Airbus y Boeing. La disputa se inició en la OMC en 2004, cuando comenzó el proceso de denuncias mutuas por subsidios concedidos por ambas partes a esas dos grandes compañías. La OMC declaró ilegales las ayudas y en 2019 permitió al expresidente Trump imponer represalias sobre productos de la UE por $ 7.500 millones. Un año más tarde, la UE respondió con aranceles a exportaciones estadounidenses valoradas en $ 4.000 millones, también con luz verde de la OMC.

Biden, en el primer viaje a Europa de su presidencia, marca el retorno al multilateralismo por parte de EE. UU. accediendo a un acuerdo por cinco años con la UE para suspender los aranceles por la disputa entre Boeing y Airbus, a cambio de un mayor apoyo frente a China.

Durante la cumbre de la OTAN, Biden se mostró cauto con la prensa sobre su homólogo ruso, pero fue contundente en afirmar que Rusia es una amenaza para Occidente.

Sobre la pandemia de COVID-19, la OMS reclamó más vacunas para el G7 luego de que el grupo prometiera más de mil millones de vacunas para países en desarrollo.

Según el Kremlin, las relaciones bilaterales, los conflictos regionales, la estabilidad estratégica y la lucha contra la pandemia serán tratados en la cumbre de los dos líderes. La Casa Blanca dijo que la reunión implicaría “una sesión de trabajo y una sesión más reducida”. Washington ha insistido durante semanas en que su objetivo es hacer que las relaciones entre ambos países sean más “estables y predecibles”. El problema es que las partes se acusan mutuamente de haber violado tratados anteriores y Rusia sostiene que Biden recibe presiones del Congreso sobre cómo encarar el poderío bélico de China y Corea del Norte. Cuando se le recordó que Biden lo llamó asesino en una entrevista en marzo, Putin dijo: “Esto no es algo que me preocupe en lo más mínimo”.

Aunque esta cumbre, que tuvo lugar en la villa suiza La Grange del siglo XVIII, ofrece una oportunidad para que los dos países reduzcan las tensiones y faciliten la cooperación entre la Casa Blanca y el Kremlin, es poco probable el acercamiento real de un día para otro.