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¿El país viró hacia el centro?

Avatar del José Hernández

"El candidato de Izquierda Democrática es la otra gran sorpresa de la elección. Él y Yaku Pérez responden por la aparición, otra vez en el país, de un centro cuyos contornos políticos lucen por ahora borrosos"

Se esperaba que en las elecciones hubiera segunda vuelta. Hay segunda vuelta. Se esperaba, según los sondeos, que el contendor fuera Guillermo Lasso. No es el caso a la hora de escribir esta columna. Y por ahí empiezan las enormes sorpresas registradas que trastocan el tablero político. Son cuatro:

1: Sí hay segunda vuelta y esa no era la expectativa del correísmo. Gana la primera vuelta con un porcentaje del 32 %, pero -puertas adentro- es una decepción. Su objetivo no era ganar la primera vuelta sino ganar en la primera vuelta. Correa lo dijo, se multiplicó, movilizó a su militancia, importó voces de apoyo hasta de gobiernos aliados y su binomio hizo la campaña más populista de la que se tenga memoria: quiso comprar un millón de votos. No de otra forma se entiende la promesa de regalar, en la primera semana de un supuesto gobierno, mil millones de dólares a un millón de familias. Mil dólares por voto.

2: El contendor podría no ser Lasso sino Yaku Pérez. Su diferencia es mínima y hay que esperar los resultados finales. En cualquier caso, Lasso pagó, en los hechos, la atomización de la campaña en la que, fuera de las candidaturas de Arauz y Pérez, muy poco lo separaba, en términos programáticos, de una buena decena de candidaturas. Él fue el blanco en esta primera vuelta. Cada candidato, al arañar una ínfima cantidad de votos, achicó la torta y Lasso, además, no supo abrir los brazos a los nuevos electores que corrieron hacia Pérez y Xavier Hervas. Hay que sumar la campaña antisistema hecha por Álvaro Noboa y el llamado a no ir a votar que buscaba restar votos al establecimiento representado sobre todo por Lasso. No sorprende, en ese escenario, que no haya logrado ni siquiera el porcentaje de primera campaña (22,68%) en 2013:

3. Yaku Pérez, esté o no en la segunda vuelta, produjo un hecho histórico para Pachakutik. Nunca ese movimiento había logrado 20 % en una elección presidencial y acariciar la posibilidad cierta de dirigir el destino del país. Pérez gana el favor de un electorado que buscaba una tercera vía entre el correísmo y Lasso. Un electorado joven, descomplicado, verde y movilizado por causas generacionales o de época: derechos para la mujer y las minorías sexuales. Esos electores se fijaron más en el perfil de Pérez que en su preparación o en el nivel de su equipo para gobernar. Sus posturas ecológicas, su informalidad, el uso de su saxo y su relación con Manuela Picq aparecen como factores importantes en su triunfo.

4. Xavier Hervas, el candidato de Izquierda Democrática, es la otra gran sorpresa de la elección. Él y Yaku Pérez responden por la aparición, otra vez en el país, de un centro cuyos contornos políticos lucen por ahora borrosos. Pérez es de izquierda y en algunos temas radical, mientras que Hervas no suministró suficientes elementos, durante la campaña, que permitan pensar que lanzó las bases para la resurrección de la social democracia que animó en su momento Rodrigo Borja. Hervas será, no obstante, el gran elector de la segunda vuelta. Arauz no tardó la noche del domingo en llenarlo de atributos pensando en sus votos. Hervas fue aliado, en los hechos, del correísmo pero ahora tendrá que pensar en el futuro político que se abre, antes de sucumbir, como ya lo hizo Izquierda Democrática, a los cantos de sirena.

Así el país dio un paso hacia el populismo representado por Arauz. Pero un 68 % de electores votó por tendencias democráticas. No obstante, si los datos que ponen a Lasso tercero se confirmaran, eso querría decir que los electores negaron que el péndulo regrese a la centroderecha.