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Alzhéimer imparable en el PSC

Avatar del José Hernández

El PSC acaba de indicar que no cuenta con él para la reelección de la alcaldesa y que, por el contrario, hará campaña -como ya la está haciendo- contra Guillermo Lasso

El comunicado firmado este 10 de abril por el PSC es una pieza política -una más- de este festival del desastre que, atónito, el país contempla. El ‘habeas corpus’ otorgado a Jorge Glas es sin duda un atentado al derecho, al sentido común, a la Justicia y a sus procedimientos. Ese ‘habeas corpus’, que permitió que Glas salga de la cárcel en Cotopaxi, es una prueba de la quiebra del sistema judicial y, por carambola, afectó al gobierno de Guillermo Lasso. La ola de desesperanza que levantó, y que fue visible en redes sociales, generó una dinámica en la cual ya no importa si Glas salió de la cárcel apalancado en un acuerdo político del correísmo con el Gobierno. Una parte de la opinión cree que sí hubo acuerdo y que el presidente Lasso canjeó impunidad por gobernabilidad.

El PSC se trepó en esa ola y, mezclando coles con nabos, está tratando de sacar tajada política. Su comunicado, sin embargo, está dirigido exclusivamente a los desmemoriados. El pacto que el PSC dice que hay entre el correísmo y el oficialismo lo orquestó el mismo Jaime Nebot antes de que se instalara en Carondelet el presidente Lasso. No solo fue padrino-promotor de aquella alianza: su partido iba a ser el mayor beneficiario del mismo: Henry Kronfle fue postulado por Correa para ser el presidente de la Asamblea. Un cargo que, según el mismo Kronfle (ver la entrevista “Asamblea: la Presidencia es innegociable para el PSC”) estuvo decidido en el marco de la nueva alianza que estaban empezando. Y Kronfle estaba tan seguro de su destino que hace un año, por estas fechas, estuvo haciendo la lista de las comisiones legislativas.

¿Y qué negociaron Lasso, Correa y Nebot en la casa de Kronfle, vecino de Lasso en Samborondón? Un acuerdo, volcado en una agenda parlamentaria, que incluía la creación de una Comisión de la Verdad. Esa sigue siendo una demanda de los correístas para revisar los juicios que arrastra su líder. En particular la condena, declarada por un tribunal el martes 7 de abril de 2020, a ocho años de cárcel por cohecho en el caso Sobornos 2012-2016.

Lasso deshizo ese acuerdo; no el PSC. Y Nebot se encargó de restregarle algunas veces las consecuencias, negativas a sus ojos, de esa decisión. Ahora el PSC acusa a Lasso de ese pacto que incluyó, lo dice sin aportar pruebas, libertad para Glas, que tiene dos sentencias ejecutoriadas y una en apelación. Una irregularidad, entre las muchas, que tiene este ‘habeas corpus’ otorgado por un juez trucho en condiciones totalmente irregulares, tanto de forma como de fondo.

Si existiera tal pacto para evitar que Glas cumpla la condena por delitos cometidos, debe ser rechazado y condenado. Como ocurrió cuando se reveló que, para el acuerdo con Lasso y Nebot, Correa quería incluir la Comisión de la Verdad. Pero ahora el PSC, afectado de alzhéimer coyuntural, reclama al correísmo y al oficialismo por, supuestamente, haber hecho lo que Nebot promocionó hace un año.

Su comunicado no se inspira, como pareciera, en una actitud ética. El PSC salta sobre la oportunidad en un momento de enorme debilidad política que se materializa en las dificultades que atraviesa Cynthia Viteri en Guayaquil. Con ese comunicado, el PSC acaba de inaugurar la campaña por las seccionales con una pequeña sorpresa: se deslinda de las dos fuerzas políticas que, a su criterio, amenazan directamente su hegemonía en Guayaquil. Se creía que entre Viteri y el presidente la corriente fluía. El PSC acaba de indicar que no cuenta con él para la reelección de la alcaldesa y que, por el contrario, hará campaña -como ya la está haciendo- contra Guillermo Lasso.