Nuevas preguntas, viejas cuestiones

Por eso el hombre es una cuerda tendida sobre el abismo
Al iniciar su descenso desde la montaña, el Zaratustra de Nietzsche anuncia en la plaza su visión del hombre: “…es una cuerda tendida entre el animal y el superhombre, una cuerda sobre un abismo”. Qué sea el superhombre es por el momento más negación que definición, más advertencia que descripción. Como filósofo formado en el ámbito de Schopenhauer, Nietzsche conoce que nadie ha planteado mejor que Kant la escisión de lo que suele llamarse “lo humano”: el hiato irremontable entre la razón pura y la práctica, entre el sujeto como yo trascendental, que es donde se ha diluido el yo empírico en que creemos reconocernos, y el yo que es deber ser, voluntad libre pero solo afirmación solitaria de sí mismo. Por eso el hombre es una cuerda tendida sobre el abismo.
En 1947, en su famosa Carta sobre el humanismo, Martin Heidegger responde a la pregunta que le ha hecho el filósofo francés, Jean Baufret, con el horizonte todavía incendiado por los rescoldos de la II Guerra Mundial y las brumas de la Guerra Fría, que no parecen augurar primaveras a la cultura occidental: “¿Cómo otorgar un nuevo sentido a la palabra humanismo?”. Heidegger no cree en tal necesidad: “¿O acaso no es evidente el daño que provocan todos esos títulos? Es verdad que ya hace tiempo que se desconfía de los ismos. Pero el mercado de la opinión pública reclama siempre otros nuevos y por lo visto siempre se está dispuesto a cubrir esa demanda”. ¿Negativa arbitraria del autor de Sein und Zeit, a condescender con la multitud que dice que nunca ha visto al último hombre y que menos se imagina el carácter de transición de la existencia?
En su última novela, Klara y el sol, Kazuo Ishiguro se plantea qué significa ser humano por medio de las observaciones de AA, Amiga Artificial, androide especializada en el cuidado de niños. Klara es adquirida para acompañar a Josie, adolescente de catorce años, período vital de alta tensión. Josie está enferma y la única que puede entenderla y por ende sanarla es Klara, si puede asimilar lo que llamamos su “corazón humano”: aquello que la hace especial e individual…