Iñigo Balda | Show acuático

Esta gente se dio un crucero de 14 días por el Mediterráneo, por un valor calculado de alrededor del millón de euros
La llamada ‘Flotilla solidaridad’ ha sido mayormente deportada de Israel después de ser interceptada en aguas de ese país. Fueron capturados, atendidos, se les dio ropa limpia, medicina y comida, y luego regresaron con billetes de avión pagados por el gobierno de España, con lo que el ojo ve, según los propios miembros de la flotilla (autodenominados enemigos de Israel) “torturados, vejados, maltratados y expulsados como criminales”. La verdad es que el trato por parte de las autoridades israelíes no debió ser agradable en un país con gente de carácter áspero en general, y en este caso en particular, contra gente que estoy seguro de que fue hostil. Pero pongamos el foco sobre esta flotilla, y cuál era su verdadero objetivo.
Estos barcos zarparon desde el puerto de Barcelona con muchos políticos venidos a menos e interactuando arduamente por redes. Contrataron a marineros para que los lleven, ya que ninguno de los políticos de carrera, como la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau, sabría navegar o hacer mucho más fuera de llamar la atención. Entre los integrantes de la flotilla estaba la niña hija de millonarios a quien no se le conoce más oficio que el de echar broncas, Greta Thunberg. También iban dos miembros de la organización terrorista ETA, que cumplieron sentencia por delitos de la banda. Como ven, un grupo variopinto con mucho que ofrecer a los gazatíes.
Durante el trayecto indicaban ser atacados, pero nadie fuera de la flotilla parece entender por quién. Drones, decían los miembros, dándose una importancia que no tenían. Túnez, país al que señalaron como e que “los atacó” negó dicho ataque una vez, ya al segundo ni se tomó la molestia de hacerlo. Esta gente estuvo en altamar durante 14 días para llegar a aguas internacionales israelíes con el fin de “llevar ayuda humanitaria”. Pero por mucho que digan que “iban en paz” lo que está claro es que era todo un espectáculo.
Cuando iban a ser interceptados al grito de “agua” lanzaron todos sus teléfonos al mar. Para ser ecologistas, como dice ser Thunberg (quien dio el grito aparentemente), ¿no estaban al tanto de que un solo ‘smartphone’ puede llegar a contaminar 600.000 litros de agua? Imagine lo que harán los de todos estos ‘ambientalistas comprometidos’. A todo esto, y un dato que pocos resaltan, es que estos barcos navegaban con la bandera de Palestina, por ende, al no navegar bajo ningún pabellón nacional, eran barcos piratas. Esto lo debían saber también. Pero lo que más me ha llamado la atención es que entre lo interceptado no había la famosa ayuda humanitaria para la que habían recolectado dinero. Básicamente esta gente se dio un crucero de 14 días por el Mediterráneo, por un valor calculado de alrededor del millón de euros para decir que fueron “torturados VIP por Israel”, y así colaborar con “la lucha del pueblo Palestino”.
Esto es a lo que me refiero al decir que la izquierda utiliza la causa Palestina como quiere, sin que le importen un comino Gaza, Palestina o los palestinos. Es una bandera que ondear, una más. Se llenan de causas; esta es la de ahora. Cuando se aburran habrá otra. Mientras pasa ese ‘show’, Estados Unidos intenta que Israel y Hamás lleguen a un acuerdo de paz. Ojalá este llegue y sea duradero. Difícil.