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Iñigo Balda | Izquierda desnortada

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La izquierda de hoy está dispuesta a lo que sea con tal de lograr poder, y una vez logrado lo mantiene mediante subvenciones

El anuncio del premio nobel de la paz para la opositora venezolana María Corina Machado ha dejado retratada a la izquierda mundial. No solo no han felicitado a la ganadora, sino que mientras algunos han decidido mantener silencio, otros han salido a comparar este galardón con entregárselo al excanciller alemán, e instigador de todo tipo de crímenes contra la humanidad Adolf Hitler. La izquierda ha perdido el norte al perder también su sentido e identidad. ¿Qué es la izquierda hoy?

En su principio, la izquierda luchaba por los derechos de los obreros durante la revolución industrial, y luchaba por el derecho universal al voto. Esto tenía una lógica y un gran grupo de votantes, pero con el pasar del tiempo y con la consolidación de derechos laborales mundialmente el discurso histórico de la izquierda desapareció. Esto ha llevado a la izquierda a dar un giro en sus planteamientos creando una especie de monstruo de Frankenstein difícil de digerir para sus votantes históricos. La izquierda de hoy enarbola tantas banderas, que no hay suficiente espacio para todas. Desde el feminismo, pasando por la identidad de género, globalismo, inmigración abierta, terminando por el antisemitismo y defensa del islam más radical. La gran mayoría de las causas que defiende la izquierda moderna no solo son contrarias entre sí, sino que son de difícil entender para las clases obreras que se sienten desamparadas por el partido que en muchos países lleva al obrero en su nombre.

La izquierda clásica siempre fue antiinmigración, ya que normalmente este influjo de personas de otros países afectaba a la fuerza de trabajo obrera, por lo que había más gente para menos puestos. Hoy la izquierda empuja no solo la inmigración abierta de todo el mundo, sino que en muchos casos premia con nacionalizaciones y regulaciones masivas a inmigrantes ilegales, por lo que muchos se entienden por encima de la ley nada más entrar.

Aparte de esto, la izquierda de hoy tiene como uno de sus puntos principales la agenda LGTBI, perseguidos en algunos puntos del planeta, agenda que muchas veces no entiende el voto obrero, optando por otras opciones. Lo que ya es más difícil de entender del todo es la defensa del islam. La izquierda, tan feminista ella, defiende a capa y espada el burka y otro tipo de vestimentas del islam, así como la apertura de mezquitas para enseñanza de esta religión en los colegios. Otro punto difícil de tragar por los obreros.

¿Cómo se puede defender los derechos LGTBI y a una religión que lanza a las personas LTGBI de edificios? Esto solo se entiende cuando tu única agenda es amasar la mayor cantidad de poder sin importar nada más. La izquierda de hoy está dispuesta a lo que sea con tal de lograr poder, y una vez logrado lo mantiene mediante subvenciones, que pagamos todos los ciudadanos. Para ellos es importante fagocitar TODO lo que tocan, porque el poder se mantiene corrompiendo el sistema, para que no haya opciones de que otros puedan volver a gobernar. Los gobiernos de Sánchez en España, Petro en Colombia y de Correa en Ecuador son ejemplos claros de intento de control completo del sistema; el modelo de éxito para estos son Venezuela y Cuba. Para lo que ha quedado la izquierda.