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Sinvergüenzas

Avatar del Ignacio Granja

Eso es lo que son estos seres carentes de memoria. Cada uno en su momento recibió los insultos e improperios del que ahora tratan de defender. Ese prófugo de la justicia que asoló a la patria durante los 14 años de la ROBOLUCIÓN y que de manera astuta trata de volver por lo que no pudo feriarse. En una suerte de mazamorra política, se unen para desestabilizar a un gobierno que lucha por recuperar al Ecuador de las ruinas en que lo dejó el cobarde y su taimada continuación. Es llamativa la falta de memoria de la señora que ahora dirige el circo. Los vejámenes que sufrió en su tierra, ¿fueron un tongo? No ejercer venganza, de acuerdo. Pactar con su victimario, absurdo, anormal proceder. Sed de parecer una mujer distinguida y de buen ver, a lo mejor.

El del poncho rojo, autotitulado representante de los ecuatorianos, atrevido y osado. Debe recordar que no representa ni a todos los de su raza. En su afán de figuración, seguidor de doctrinas caducas, también se embarca en la mula para acompañar en su rastrero propósito al anormal cobarde. Con estallidos sueña y la capital de la República es su meta. Entienda que en la casa de gobierno hay un señor que no se lo va a permitir. Reciba el dinero que deben ofrecerle para que sea el tonto útil y distribúyalo entre su gente, pero, para que vivan mejor, no para que mueran como ratas envenenadas con izmierda.

¡El tercero en esta suerte de golpistas es el que alguna vez pudo ser presidente, pero el pueblo le dijo ¡No! Esa acción no la olvida todavía. Haber elegido a un ser inapropiado dio origen a una etapa negra en nuestra historia, de la que no terminamos de salir gracias al mamotreto de Montecristi, impuesto y creado con perversos fines que se originaron en el tantas veces nombrado Foro de Sao Paulo.

Sin tapujos ni aires de constitucionalista, digo aquí, que como están y van las cosas, deben la FF. AA., víctimas primeras del foro, ser las que apoyen de una manera frontal al presidente. La delincuencia y muertes por todos lados, de la mano de la droga y su tráfico, son elementos de distracción atemorizantes para la población, que siendo mayoría, con su silencio, aprueba el caos. Ecuatorianos, reaccionemos. No puede un grupo de anormales jugar a su antojo con nuestra paz y tranquilidad.