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Respuesta bélica desproporcionada

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"Esta escalada bélica está inserta en un contexto real e histórico, donde la responsabilidad recae sobre el Estado y gobierno de Netanyahu"

La mayoría de medios globales, desde el 10 de mayo no cesan de informar y analizar el enfrentamiento militar entre el Estado de Israel, llamado por este Operación Guardián del Muro, contra el movimiento islamista Hamás y otros grupos denominados terroristas -como Yihad Islámica- que operan desde Gaza. Pero todos coinciden en que es la cuarta guerra entre israelitas y gazetíes, destacando la gran afectación a las poblaciones civiles y la respuesta bélica, dicen defensiva, desproporcionada de los bombardeos de la aviación y artillería judías, que hasta el 20 de mayo se traduce en 227 palestinos muertos y 12 israelitas, y más de un millar de heridos, según la prensa. Esta escalada bélica está inserta en un contexto real e histórico, donde la responsabilidad recae sobre el Estado y gobierno de Netanyahu por el fomento del odio y discriminación; la organización Human Rights Watch-HRW acusa a Israel de imponer un régimen de “apartheid” en las áreas ilegalmente ocupadas. Los motivos del actual conflicto son tres situaciones que se dieron en Jerusalén Este y generaron su estallido por Hamás: 1.- El desahucio por decisión de la Corte Suprema sobre viejas leyes ilegítimas, y desalojo policial de moradores palestinos con más de medio siglo de residencia, del barrio de Sheij Yarrah; 2.- Violentas dispersiones de las movilizaciones de palestinos y árabes israelíes por desalojos por la policía en la Explanada de las Mezquitas, con más de 178 heridos; y, 3.- El bloqueo de la Puerta de Damasco, acceso al barrio árabe de Ciudad Vieja y a la Mezquita de Al Aqsa durante el Ramadán, que provocan enfrentamientos entre manifestantes nacionalistas judíos y árabes israelitas, con algunos linchamientos en varias ciudades, lo que provocó que el gobierno imponga el estado de excepción. De este contexto Netanyahu quiere aprovecharse para recuperar la aceptación perdida por la mayoría del pueblo israelí en cuatro elecciones en dos años, y sortear el acorralamiento de la justicia penal por delitos de corrupción y enriquecimiento ilícito.

La comunidad internacional debe exigir una tregua, ya que Israel insiste en culminar la ofensiva sobre Gaza.