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Banalización del mal gobierno

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Ante la movilización social de la juventud, la respuesta del Estado ha sido una brutal y sangrienta represión policial y la difusión de teorías conspiracionistas neonazis por el titiritero

El errático gobierno de Iván Duque, títere maniobrado por el titiritero Álvaro Uribe, fundador de Centro Democrático, estructura populista ultraconservadora y belicista que goza de simpatía electoral, ha puesto los dos últimos presidentes, pero parece que las graves equivocaciones gubernamentales que viene cometiendo lo ponen contra las cuerdas en el cuadrilátero nacional e internacional. El gobierno de Santos rompió con Uribe para lograr el Acuerdo de La Habana con las FARC-EP en 2016, que han impugnado asumiendo una postura ambigua. Entre las decisiones políticas equivocadas del gobierno de Duque tenemos: escasa ayuda al cumplimiento de los Acuerdos de Paz de noviembre 2016 con el asesinato de 244 exguerrilleros, masacre de 255 víctimas de asesinatos selectivos en 2020 y 120 defensores de derechos humanos, según la Oficina de ONU para Derechos Humanos en Colombia; asesinato de 66 miembros de la comunidad indígena Nasa, norte del Cauca; autoridades no logran detener la tendencia alcista de cultivos de coca, con alrededor de 171 mil ha., cuyo 60% se concentra en sus fronteras con Venezuela y Ecuador, y la hacen el primer productor de cocaína del mundo, con promedio de 1.369 t anuales; en su lucha antidrogas decretó la incautación de la “dosis personal”, despenalizada desde 1994, que provocó un debate político nacional y más división y movilizaciones en la sociedad, dando grandes facultades a la policía para intervenir y requisar, asumiendo una postura totalmente prohibicionista para agradar a EE.UU., según la profesora Sandra Borda de la U. de Los Andes. Una política internacional errada con Venezuela, a la que incluso amenazó con invadir. Hoy sorprenden los yerros gubernamentales frente a la pandemia y sus restricciones, la crisis económica agudizada por el coronavirus y la promulgación de una reforma tributaria cuyo peso cae sobre el empobrecido pueblo colombiano, cuyas desigualdades se han ampliado y agravado. Ante la movilización social de la juventud, la respuesta del Estado ha sido una brutal y sangrienta represión policial y la difusión de teorías conspiracionistas neonazis por el titiritero.