Último domingo de febrero

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En lo demás, el país seguirá entretenido con banalidades, como los zapatos de Guillermo Lasso que, como decíamos en la universidad, ahora quiere parecer rojo hasta las patas.

Mes malo sin duda, por donde se lo mire. Ni hablar de los trágicos sucesos de las penitenciarías. ¡Hasta dónde ha llegado la barbarie!

Igual de bárbaro es no tener vacunas en la cantidad requerida para proteger a la población. Y con ello, no poder reactivarnos económicamente. Mal mes porque la sombra de la metida de mano en el resultado electoral sigue visible y va a ser difícil convencer a los aspirantes a presidente de que no hubo manipulaciones en los sufragios, todo por culpa de una información dada a destiempo que se tomó como certeza.

Ahora viene marzo y seguimos con las incertidumbres. Nadie se pronuncia sobre temas que nos atañen a todos. En el Ecuador de estos días se puede matar y asaltar a los ciudadanos o a las instituciones, y los “presidenciables” no comentan nada. Pareciera que fueran candidatos en otro país. Lo que sí hacen son ofertas de regalar dinero y dicen que lo van a tomar de los recursos del Banco Central. ¿Será que quieren convertir a dicha institución en otra caja chica del gobierno? ¿Tal cual hicieron y siguen haciendo con los del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social?

Tenemos que impedir que marzo -que comienza mañana- sea otro febrero. Estoy seguro de que ya toca que se den manifestaciones positivas. Hay un inicio de las mismas en los acuerdos legislativos de la Izquierda Democrática con Pachakutik. Por lo menos sabemos que habrá un bloque de oposición, gane quien gane. Y que este no será obstruccionista pero sí vigilará el buen manejo de los fondos públicos, su correcta administración. Algo es algo en un país con pocas noticias positivas. En lo demás, el país seguirá entretenido con banalidades, como los zapatos de Guillermo Lasso que, como decíamos en la universidad, ahora quiere parecer rojo hasta las patas.

En cualquier caso, lo importante no es cómo se visten por fuera los candidatos, sino cómo están vestidos por dentro, y eso lo vamos a ver en el próximo debate presidencial que todos esperamos revele la verdadera dimensión intelectual de cada uno de los candidatos.