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Patrimonio edificado y memoria colectiva

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...ninguna acción debería ser tomada, ni sería efectiva, si la propia comunidad no se convierte en elemento vigilante y defensor de lo que, por historia, le pertenece’.

El patrimonio es el conjunto de bienes y valores que una sociedad ha recibido como legado de sus antepasados, por tanto, quienes forman parte de un conglomerado social son, a la vez, depositarios y custodios, con los derechos y deberes que esto implica, de algo que transitoriamente les pertenece y que deben conservarlo y entregarlo a las generaciones futuras.

El patrimonio edificado es testimonio material y símbolo de autorrepresentación de lo que una sociedad ha sido en algún momento de su historia y que voluntariamente dejó plasmado a través de los principios de la arquitectura, adquiriendo, en ese sentido, el carácter de monumento. De acuerdo a esto, la ciudad, entendida como un conjunto de monumentos, se convierte en un texto de historia y en depósito de la memoria colectiva de sus habitantes.

Tal como lo establecen las recomendaciones de los distintos foros y documentaciones sobre la defensa y conservación del patrimonio arquitectónico, ninguna acción debería ser tomada, ni sería efectiva, si la propia comunidad no se convierte en elemento vigilante y defensor de lo que, por historia, le pertenece.

En ese sentido, el futuro del patrimonio de una ciudad pasa, necesariamente, por dar a conocer y concientizar a la población sobre sus valores y por el papel que estos asuman en su defensa, lo que posibilitará el desarrollo de instrumentos legales para la preservación de ese patrimonio.

El patrimonio edificado debe ser considerado también como un recurso económico producto de la acumulación en el tiempo de inversiones y con proyección en áreas como el turismo. Ya en 1976 el Icomos definía al turismo vinculado con los centros históricos “como fenómeno capaz de ejercer sobre el entorno del hombre en general, y sobre los monumentos y sitios históricos en particular, una influencia extremadamente significativa”. Además, hay que considerar que la construcción del patrimonio arquitectónico de una ciudad ha demandado de esta la inversión de recursos a lo largo de muchos años, tanto en los propios monumentos como en la infraestructura que los sustenta.