Decía aquí el pasado 4 de agosto que en unos casos judiciales que se ventilan en el tribunal distrital del sur de la Florida el Isspol podía encontrar buenas pistas sobre el paradero de no pocos millones de dólares de aquellos que, con sobornos pagados a exfuncionarios de ese instituto, se le había robado el ‘mago’ Chérrez, y que estaban congelados desde diciembre de 2021 en el Safra National Bank of New York.

Las recuerdo y luego agrego un corolario:

Primera pista: en el juicio 1:22-cv-21933, iniciado por una aseguradora privada ecuatoriana, tanto en contra de una de las empresas de Chérrez (Ibcorp Investments and Business Group, LLC) como en contra de ese banco Safra, aquella reclama daños por la pérdida de unos bonos emitidos por el Estado ecuatoriano por USD 9 millones, que alega que son de su propiedad y que la empresa de Chérrez los “desapareció”, trasladando su custodia desde una entidad en la Florida, denominada Lafise Securities, hasta una cuenta en Safra.

Segunda pista: Safra no niega tener esos bonos. Pero agrega que aunque fuesen de propiedad de la aseguradora -lo que dice no constarle- no los puede entregar por estar congelada la cuenta de Chérrez por orden emitida por la jueza Kathleen M. Williams el 22 de diciembre de 2021, en el caso penal 1:21-cr-20528-KMW, que se sigue en el tribunal distrital del sur de la Florida en contra de Chérrez, que es el mismo caso en el que fue condenado a 58 meses de prisión el exfuncionario del Isspol John Luzuriaga, por recibir sobornos para direccionar las inversiones hacia Chérrez.

Tercera pista: Safra reveló que la orden de congelamiento no solo incluía esos USD 9 millones en bonos que reclama la aseguradora privada, sino también otros activos que están en la cuenta de Chérrez, sin mencionar su monto.

Corolario: hoy se sabe, por el reciente pedido de embargo hecho el 29 de septiembre por el Departamento de Justicia a un juez en la Florida, que en las congeladas cuentas de Chérrez en Safra hay USD 72 millones. Pero no solo eso. Mediante orden del 2 de octubre el juez dispuso que el Departamento de Justicia confirme, hasta hoy 6 de octubre, “los medios por los cuales se comunicará a las personas que se sabe o se cree que tienen un interés o un derecho” contra los fondos a embargar. Ahí hay trabajo para el Isspol. Y por alguna razón mi instinto me dice que también para alguna universidad y alguna aseguradora de propiedad estatal, cuyas inversiones en bonos del Estado también cayeron ‘mágicamente’ en manos de Chérrez.