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Metamorfosis

Avatar del Diana Acosta

Menos discurso y más acción. El país y los ecuatorianos no aguantamos más

Con la arenga de vamos a vacunar, a acabar con la corrupción y recuperar la economía, este Gobierno recorrió el Ecuador para lograr el favor popular en las urnas. A casi dos meses de gestión, seguimos esperando.

En la primera, la vacunación va tomando ritmo y comienza a moverse con paso firme para lograr la meta que el Gobierno ofreció durante la campaña. Con la buena estrategia trazada parece que llegarán a buen puerto. Bien por todos los ecuatorianos y la reactivación económica de nuestro país, que estará soportada por una población inmunizada y bien cuidada.

En la segunda, relacionada con la ansiada lucha contra la corrupción, están en pañales; no se ve ningún tipo de decisión firme al respecto que denote un cambio drástico al sistema corrupto establecido y enquistado durante la década perdida. En buena parte de las instituciones públicas sigue pasando lo mismo, sin que nada cambie.

Para la tercera, la reactivación económica, es un tema que preocupa a todos. Las anunciadas reformas a las leyes y soporte al sector privado no ven la luz del día. Sin ellos, no se logrará eficiencia, generación de riqueza e incremento de plazas de trabajo. El Gobierno necesita acelerar su ritmo para que el país sienta que nos estamos transformando, dejando atrás la inercia y retroceso que vivimos por más de una década.

La reforma tributaria tendiente a mejorar la economía de nuestro país es vital. Hay medidas que no deben esperar más, como por ejemplo, la eliminación del insensato 2 % a los microempresarios, o el impuesto a la salida de divisas, que desalienta el ingreso de recursos frescos. ¡Bajen los impuestos que nos ahogamos! Los ciudadanos recibiremos con los brazos abiertos todas las medidas que tomen tendientes a fortalecer la economía de nuestro país.

Todos esperamos que se tomen decisiones lo antes posible. Ha pasado tiempo suficiente para limpiar la casa de todas las pestes que la invadieron, para pasar de inmediato a una etapa de metamorfosis profunda nacional.

Menos discurso y más acción. El país y los ecuatorianos no aguantamos más.